Turistas, afuera: que hay detrás del polémico movimiento que exige límites a la entrada de visitantes
La actividad turística ha batido todos los récords en España. En respuesta a ello, los ciudadanos comienzan a organizarse para exigir límites al turismo masivo.
El turismo es uno de los principales motores de la economía española. Solo en 2023, el sector fue responsable del 70% del incremento PIB real gracias a los más de 80 millones visitantes internacionales, una cifra récord para el país que no se veía desde la pre-pandemia.
Sin embargo, pese al crecimiento económico innegable, la actividad turística generará en 2024 más de 200.000 millones de euros, según las estimaciones de la patronal Exceltur, este flujo inagotable de viajeros no es recibido con la misma alegría por los locales. Motivos no faltan.
Un ejemplo claro de ello se vió el pasado 6 de julio. Aquel sábado, las calles del centro de Barcelona estuvieron abocadas a la manifestación "PROU! Posem Límits Al Turisme" donde unas 2800 personas, según la Guardia Urbana, se movilizaron para exigir el decrecimiento turístico y algunos de los participantes arrojaron agua a turistas que estaban en las inmediaciones.
Pero la capital catalana no fue la única. Hace una semana, Palma celebró su segunda gran marcha contra la masificación turística tras la celebrada en mayo, que reunió a 10.000 personas en la ciudad balear, y en la que los asistentes exigieron viviendas a precios asequibles para los residentes de Mallorca.
En este sentido, una de las organizaciones que ha cobrado mayor visibilidad producto de las manifestaciones es la Assemblea de Barris pel Decreixement Turístic. Daniel Pardo Rivacoba, miembro de la agrupación, en comunicación con El Cronista España, señala que este proceso de "turistificación" genera una "dependencia económica de un sector que es altamente volátil". La pandemia de Covid-19 es la referencia más cercana.
Por eso, el movimiento vecinal, explica, persigue reducir tanto la actividad como la afluencia turística y, sobre todo, reducir el peso del sector en la economía de la ciudad.
"Vecinos en peligro de extinción"
Uno de los ejes de las protestas es la escasez de vivienda asequible y la pérdida de identidad de los barrios. Según los últimos datos disponibles de Fotocasa, el precio del alquiler se encareció en abril de 2024 un 5,2% hasta 12,3 euros/m2, lo que resulta en un costo medio que roza los 1000 euros.
En esta línea, de acuerdo a los datos proporcionados por Idealista, Barcelona es la capital más cara (21,1 euros/m2) seguida por Madrid (19,2 euros); San Sebastián (17,2 euros); Palma (15,8 euros) o Málaga (14,2 euros).
En vista de ello, Pardo Rivacoba remarca que el turismo masivo no es el único factor que interviene, pero sí es un catalizador en el que tanto las facilidades que otorga la Administración Pública a los Airbnb y a los hoteles, como las exenciones impositivas, son las principales responsables.
Otro aspecto clave es la contaminación. En un contexto de emergencia climática, la Asamblea exige la "reducción drástica y urgente del tráfico de aviones y la eliminación de los cruceros". Según un estudio de la Agencia Europea del Medioambiente (EEA), en España se podrían haber evitado "14.070 muertes en 2021 por contaminación del aire si las normas de la Unión Europea (UE) estuvieran alineadas con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS)".
"Tourist go home": cuando la temporada baja deja de existir
Según informó la Agencia EFE, el número de turistas internacionales que visitó España superó los 16,1 millones en marzo de 2024 tras registrar un incremento del 17,7%. Asimismo, "su gasto creció un 27,2% hasta los 21.948 millones de euros, en el mejor primer trimestre de toda la serie histórica".
Como señaló el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, estos primeros tres meses, que usualmente son considerados temporada baja, "han resultado ser los mejores". En este sentido, Pardo Rivacoba subraya que ya no existe un respiro entre temporadas porque "en todo momento es temporada alta".
Esta saturación turística implica "la desaparición del comercio de uso cotidiano, de proximidad, que es sustituido por tiendas turísticas que no tienen ninguna utilidad para la gente, con lo cual te tienes que desplazar más lejos para hacer tus compras".
Mucho empleo, salarios bajos
En cuanto al mercado laboral, según los datos publicados por el ministerio de Industria y Turismo, los afiliados a la Seguridad Social vinculados a actividades turísticas alcanzaron en marzo los 2,73 millones, un 6,1 % más que un año atrás, lo que equivale a 157.035 nuevos trabajadores.
No obstante, el representante de la asamblea destaca que el trabajo turístico se encuentra entre los peores pagos de Barcelona. "Gente trabajando sin contrato, por fuera de las horas pagas, en régimen de externalización o de subcontratación, lo que supone inmediatamente pérdida de garantías laborales y los salarios".
La respuesta del Ayuntamiento
El empresario hotelero y presidente de Turismo de Barcelona, Jordi Clos, ha reconocido que el turismo ha tocado techo en Barcelona y que debe "abrir una nueva etapa".
Por ello, sostuvo -en una entrevista dada a la Agencia EFE- que el objetivo es "atraer a un turista más sostenible, que venga a la ciudad para algo concreto", como, por ejemplo, la gastronomía, la cultura, los museos, la arquitectura o los eventos deportivos. Asimismo, en respuesta a las manifestaciones, el presidente de la Oficina de Turismo dijo que la llamada "turismofobia" es minoritaria en Barcelona.
Pardo Rivacoba remarca que la acción, tanto de la Asamblea, como del resto de los adherentes a la protesta, "no se dirige a turistas". De todos modos, "las y los turistas son una herramienta indispensable para que la industria siga extrayendo rentas de su acción y explotación del territorio y de las personas que trabajan en ello", concluye.