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El único país africano que se animó a desafiar a Francia y el Reino Unido para superarlos con su fuerza naval

Con una flota modernizada y una estrategia de expansión en el Mediterráneo y el Mar Rojo, Egipto busca asegurar su soberanía marítima.

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Egipto ha consolidado su posición como la mayor potencia naval de África y desafía el dominio histórico de Francia y el Reino Unido en la región. En los últimos años, El Cairo ha ampliado significativamente su flota, no solo para proteger sus intereses estratégicos en el Mediterráneo y el Mar Rojo, sino también para reforzar su influencia en Asia Occidental y el norte de África

Este crecimiento ha sido impulsado por la competencia por los yacimientos de gas natural y la ausencia de un respaldo militar estadounidense fiable durante la administración de Donald Trump.

Las tensiones con Turquía han contribuido a una escalada armamentista en el Mediterráneo oriental, mientras que la creciente militarización de la costa del Mar Rojo ha convertido a Egipto en un actor clave en la seguridad marítima regional. 

Frente a este panorama, Washington ha instado a El Cairo a fortalecer sus capacidades navales, buscando consolidar un eje de seguridad en la región que incluya a Israel y a las monarquías del Golfo.

Para garantizar el control sobre sus infraestructuras estratégicas y proteger sus plataformas energéticas en alta mar, Egipto ha llevado a cabo una serie de inversiones en defensa naval. Entre los proyectos más destacados está la expansión de su infraestructura militar con bases estratégicas como la "Base Naval Berenice", cercana a la frontera con Sudán, y "Ras Jarqub" en el Mediterráneo, cerca de Libia.

El único país africano que se animó a desafiar a Francia y Reino Unido para superarlos con su fuerza naval. Fuente: Archivo

La evolución de la armada egipcia hasta ser un rival europeo

El desarrollo de la marina egipcia comenzó a acelerarse entre 2014 y 2015 con la adquisición de fragatas estadounidenses Knox y corbetas españolas Descubierta. Posteriormente, Egipto amplió su flota con la compra de dos portahelicópteros de asalto anfibio Mistral y cuatro cruceros polivalentes Gowind de fabricación francesa, equipados con misiles antiaéreos MICA y misiles antibuque Exocet MM40. 

Esta expansión no solo mejoró su capacidad operativa, sino que también permitió la transferencia de tecnología a la industria naval egipcia.

El proceso continuó en 2019 con la compra de cuatro fragatas MEKO A-200EN a Alemania, un patrullero costero y varias patrulleras de combate. En 2020, Egipto adquirió dos unidades FREMM y 32 helicópteros medios de Italia, además de cuatro submarinos diésel-eléctricos alemanes del modelo 209 1400mod, consolidando su capacidad de combate en alta mar.

La influencia de EE.UU. en la estrategia naval egipcia

El papel de Egipto en la seguridad marítima se ha fortalecido con su inclusión en la Coalición de Fuerzas Marítimas (CMF) y el liderazgo de la Fuerza de Tarea Combinada 153 (CTF 153), en cooperación con Estados Unidos. Washington ha encontrado en Egipto un aliado clave para asegurar rutas estratégicas como el Canal de Suez, facilitando el tránsito de sus fuerzas militares con procedimientos preferenciales. 

Mientras que otros países deben solicitar permiso con 60 días de antelación para cruzar el canal, las fuerzas estadounidenses solo requieren un aviso con 48 horas de anticipación.

Sin embargo, no está claro si esta cooperación implica una participación activa de Egipto en conflictos que involucren a potencias como Irán, Rusia o China. A pesar de su estrecha colaboración con Estados Unidos, El Cairo ha buscado mantener una política exterior equilibrada al evitar confrontaciones directas con actores clave en la región.

 ¿Hacia dónde se dirige la armada egipcia?

La modernización naval de Egipto responde tanto a intereses de seguridad como a la creciente competencia por el control de los recursos energéticos. La ruta marítima que conecta el Atlántico con los océanos Índico y Pacífico, a través del Estrecho de Gibraltar y el Canal de Suez, es crucial para la movilidad de las fuerzas estadounidenses y para la seguridad de la energía mundial.

El Cairo ha demostrado su disposición a participar en alianzas estratégicas, como el eje árabe-estadounidense-israelí, que busca una mayor coordinación en defensa aérea y antimisiles. Sin embargo, los expertos advierten que Egipto evitará involucrarse en conflictos directos y preferirá aprovechar su creciente poder naval como una herramienta de disuasión.

El futuro de la armada egipcia dependerá de su capacidad para equilibrar su autonomía estratégica con las expectativas de sus aliados occidentales. Mientras Washington busca consolidar su influencia en la región a través de asociaciones militares, El Cairo se posiciona como un actor clave en la seguridad marítima global, lo que refuerza su papel como el soberano naval de África.

El único país africano que se animó a desafiar a Francia y Reino Unido para superarlos con su fuerza naval. Fuente: Archivo
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