Tiembla el Vaticano | El Papa Francisco reveló cuál fue "el mayor milagro realizado por Jesús"
Esta es la lectura del evangelio para este día y la prédica del papa Francisco desde el Vaticano.
Cada día, desde la página oficial del Vaticano, se difunden enseñanzas basadas en las Santas Escrituras, buscando guiar a los católicos en su caminar espiritual. Estas reflexiones proponen versículos bíblicos y temas que invitan a los creyentes a meditar y a fortalecer su fe en Dios.
Además, han publicado la interpretación que el titular de la Santa Sede, Jorge Mario Bergoglio, realiza de estos versículos bíblicos. En ella, el Papa Francisco destacó la importancia de confiar en Dios para superar el desaliento y responder al llamado divino.

Las palabras del papa Francisco para este domingo
El Papa Francisco, durante su prédica, reflexionó sobre la llamada de Jesús a los pescadores, destacando la importancia de confiar en Dios para superar la decepción y el desaliento.
"El mayor milagro realizado por Jesús para Simón y los demás pescadores decepcionados y cansados, no es tanto la red llena de peces, como haberlos ayudado a no caer víctimas de la decepción y el desaliento ante las derrotas", afirmó el Santo Padre.
El Papa enfatizó que, al confiar en Dios, los discípulos fueron liberados de sus pecados y se les abrió un "nuevo horizonte" para colaborar en la difusión del mensaje del Reino de Dios. Esta invitación a convertirse en "anunciadores y testigos" de la palabra divina fue recibida con entusiasmo, ya que "llevaron a tierra las barcas y dejando todo lo siguieron", mostrando su disposición a dejar atrás sus antiguas vidas por un llamado mayor.
Finalmente, Francisco hizo un llamado a todos los fieles para que, al igual que los discípulos, respondan con prontitud a la voluntad de Dios. "¡Qué la Santísima Virgen, modelo de pronta adhesión a la voluntad de Dios, nos ayude a sentir la fascinación de la llamada del Señor!", concluyó.

El evangelio para el domingo, 9 de febrero de 2025
Lectura del santo Evangelio según San Lucas 5, 1-11
En aquel tiempo, Jesús estaba a orillas del lago de Genesaret y la gente se agolpaba en torno suyo para oír la palabra de Dios. Jesús vio dos barcas que estaban junto a la orilla. Los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió Jesús a una de las barcas, la de Simón, le pidió que la alejara un poco de tierra y sentado en la barca, enseñaba a la multitud.
Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Lleva la barca mar adentro y echen sus redes para pescar". Simón replicó: "Maestro, hemos trabajado toda la noche y no hemos pescado nada; pero, confiado en tu palabra, echaré las redes". Así lo hizo y cogieron tal cantidad de pescados, que las redes se rompían. Entonces hicieron señas a sus compañeros, que estaban en la otra barca, para que vinieran a ayudarlos. Vinieron ellos y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían.
Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús y le dijo: "¡Apártate de mí, Señor, porque soy un pecador!" Porque tanto él como sus compañeros estaban llenos de asombro al ver la pesca que habían conseguido. Lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Entonces Jesús le dijo a Simón: "No temas; desde ahora serás pescador de hombres". Luego llevaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron.
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