Cómo se viajaba en avión hace 60 años: comidas lujosas, cigarrillos y copas de champagne

Hace seis décadas, volar era sinónimo de lujo y exclusividad. Los pasajeros disfrutaban de servicios que hoy parecerían impensables: desde menús gourmet hasta la posibilidad de fumar a bordo. La experiencia de vuelo en los años 60 distaba mucho de la actual, marcada por la masificación y las estrictas normativas de seguridad.

En aquella época, las aerolíneas competían por ofrecer el mejor servicio a una clientela selecta. Los vuelos eran considerablemente más caros que en la actualidad, lo que limitaba el acceso a personas con alto poder adquisitivo. Por ejemplo, un billete de ida y vuelta entre Nueva York y Los Ángeles costaba alrededor de USD 208 en 1958, equivalentes a más de USD 1500 actuales.

Gastronomía a bordo: un festín en las alturas

La comida servida en los aviones de los años 60 era digna de los mejores restaurantes. Los pasajeros podían deleitarse con platos como langosta, cortes de carne de primera calidad y una variedad de entrantes y postres, todo ello acompañado de champagne y cócteles. Las azafatas, con mesas tipo buffet, ofrecían un servicio que podía prolongarse durante horas.

La presentación de los alimentos también era cuidada al detalle. Se utilizaban vajillas de porcelana, cubertería de metal y copas de cristal, lo que añadía un toque de distinción al servicio. Este nivel de atención reflejaba la importancia que las aerolíneas otorgaban a la experiencia del pasajero, buscando fidelizar a una clientela exigente.

Fumar a bordo: una práctica común

En contraste con las estrictas prohibiciones actuales, en los años 60 era habitual que los pasajeros fumaran durante el vuelo. Las aeronaves contaban con secciones para fumadores y no fumadores, aunque el humo se dispersaba por toda la cabina. No fue hasta la década de los 90 cuando se implementaron prohibiciones más estrictas sobre el consumo de tabaco en los aviones.

Esta permisividad respondía a las normas sociales de la época, donde fumar era una práctica aceptada en la mayoría de los espacios públicos. Las aerolíneas incluso ofrecían cigarrillos a bordo, y algunos aviones disponían de salones para fumadores, lo que hoy resultaría inconcebible.

El glamour de volar: una experiencia exclusiva

Volar en los años 60 no solo era un medio de transporte, sino una experiencia en sí misma. Los pasajeros solían vestir con elegancia; los hombres con trajes de tres piezas y las mujeres con vestidos y tacones. El código de vestimenta reflejaba el estatus social asociado al acto de volar, considerado un lujo reservado para unos pocos.

Además, las cabinas ofrecían amplios espacios, con asientos cómodos y áreas comunes donde los pasajeros podían socializar. Algunas aeronaves incluso contaban con bares y pianos, proporcionando entretenimiento en vivo durante el vuelo. Este nivel de confort y atención personalizada hacía que cada viaje fuera memorable.

Viajar en avión hace 60 años era una experiencia marcada por el lujo y la exclusividad. Las aerolíneas ofrecían servicios que hoy parecen lejanos, como comidas gourmet, la posibilidad de fumar a bordo y un ambiente de glamour que hacía del vuelo una parte esencial del viaje. Aunque la aviación actual ha democratizado el acceso al transporte aéreo, aquellos años dorados de la aviación comercial siguen siendo recordados con nostalgia por quienes los vivieron.