Así están construyendo el mayor túnel submarino del planeta: 73.000 toneladas de hormigón y 50 Torres Eiffel en acero
Una obra de ingeniería monumental conectará Dinamarca y Alemania bajo el mar Báltico.
El túnel de Fehmarnbelt, actualmente en construcción, se perfila como el túnel submarino más largo del mundo, uniendo las costas de Dinamarca y Alemania a través de 18 kilómetros bajo el mar Báltico. Este proyecto de infraestructura no solo destaca por su longitud, sino también por la magnitud de los materiales empleados: cada módulo de hormigón pesa 73.000 toneladas, y la cantidad total de acero utilizada equivale a la de 50 Torres Eiffel.
Detalles de la construcción del faraónico túnel
A diferencia de otros túneles submarinos que se excavan directamente en el lecho marino, el Fehmarnbelt se está construyendo mediante módulos prefabricados de hormigón. En total, se ensamblarán 89 módulos, la mayoría de los cuales medirán 217 metros de largo y 42 metros de ancho, con un peso individual de 73.000 toneladas. Estos gigantescos segmentos se fabrican en tierra firme y luego se transportan y sumergen en el mar para ser ensamblados en una zanja previamente excavada en el lecho marino.
La construcción del túnel requiere una cantidad de acero comparable a la de 50 Torres Eiffel, lo que refleja la escala colosal de este proyecto. Una vez finalizado, el túnel contará con dos niveles: uno destinado al tráfico ferroviario y otro al tráfico vehicular, permitiendo una conexión eficiente entre los dos países y reduciendo significativamente los tiempos de viaje.
Impacto en la movilidad europea del túnel
La finalización del túnel de Fehmarnbelt, prevista para 2029, transformará la movilidad en la región. Actualmente, el trayecto entre las ciudades de Hamburgo y Copenhague requiere aproximadamente cuatro horas y media, incluyendo un cruce en ferry. Con el nuevo túnel, este tiempo se reducirá a unas tres horas, facilitando el transporte de pasajeros y mercancías y fortaleciendo las relaciones económicas y culturales entre Dinamarca y Alemania.
Además, el túnel formará parte de la red transeuropea de transporte, mejorando la conectividad entre el norte y el sur de Europa y contribuyendo
al desarrollo de un sistema de transporte más sostenible y eficiente en el continente.
Desafíos y consideraciones ambientales
La construcción de una infraestructura de esta magnitud implica desafíos técnicos y ambientales significativos. El proceso de inmersión de los módulos de hormigón requiere una precisión extrema para garantizar la estabilidad y seguridad del túnel. Asimismo, se han implementado medidas para mitigar el impacto ambiental, como la protección de especies marinas y la minimización de la perturbación del ecosistema del mar Báltico.
Las autoridades danesas y alemanas han trabajado en conjunto para asegurar que el proyecto cumpla con los estándares ambientales más estrictos, realizando estudios de impacto y estableciendo planes de monitoreo durante y después de la construcción. A pesar de algunas críticas por parte de grupos ecologistas, se espera que el túnel aporte beneficios sustanciales en términos de reducción de emisiones de CO al disminuir la dependencia del transporte marítimo y aéreo en la región.
Perspectivas futuras de la construcción
El túnel de Fehmarnbelt representa un hito en la ingeniería civil y un ejemplo de cooperación internacional en Europa. Su construcción no solo mejorará la infraestructura de transporte, sino que también simboliza el compromiso de los países europeos con el desarrollo sostenible y la integración regional. A medida que avance la obra, se espera que sirva de modelo para futuros proyectos de infraestructura a gran escala en todo el mundo.