Así era un día en la vida de Tutankamón, el rey niño del Antiguo Egipto que era un "intermediario divino"
Desde rituales sagrados hasta momentos de ocio en los jardines reales.
Tutankamón, el célebre rey niño del Antiguo Egipto, ascendió al trono con apenas nueve años durante la dinastía XVIII. Aunque su reinado fue breve, los hallazgos en su tumba nos ofrecen una fascinante visión de su vida cotidiana, marcada por la riqueza, la religión y los deberes reales.
Rituales matutinos y ceremonias sagradas
El día de Tutankamón comenzaba temprano con complejos rituales religiosos en honor a los dioses. Como faraón, era considerado un intermediario divino, por lo que debía realizar ofrendas en los templos más importantes. Los sacerdotes lo preparaban con aceites perfumados y vestimentas sagradas antes de sus apariciones públicas.
Su atuendo consistía en túnicas de lino blanco, ajustadas con una faja dorada y adornadas con joyas que simbolizaban el poder y la protección divina. El famoso maquillaje de ojos al estilo egipcio tenía también una función protectora frente a los intensos rayos solares, según la National Geographic en Español.
Educación y preparación para la guerra
A pesar de su estatus supremo, Tutankamón debía recibir una educación exhaustiva impartida por los escribas de la corte. Aprendía astronomía, geometría y música, junto con la lectura de textos sagrados. También se entrenaba en el arte de la guerra, usando arcos, flechas y bumeranes, elementos encontrados en su tumba.
Las prácticas militares incluían el manejo de carros de guerra y la estrategia bélica, esenciales para la defensa del reino. Los historiadores creen que estas actividades eran más simbólicas, debido a la frágil salud que aquejaba al joven monarca.
Momentos de ocio y vida familiar
En sus momentos de descanso, Tutankamón disfrutaba paseando por los jardines reales, llenos de palmeras y estanques ornamentales. También jugaba a tableros de senet, un juego de mesa similar al ajedrez, y disfrutaba de conciertos privados de arpas y laúdes interpretados por músicos de la corte.
Uno de los objetos más conmovedores hallados en su tumba muestra a Ankhesenamón, su joven esposa y media hermana, aplicándole un ungüento mientras le ofrece flores, una escena que destaca la vida íntima del faraón.
La vida cotidiana de Tutankamón, aunque breve, ha dejado una huella imborrable en la historia gracias a los tesoros y artefactos encontrados en su tumba. Estos objetos siguen revelando detalles fascinantes sobre su existencia y el esplendor del Antiguo Egipto.