

Visiblemente emocionada y con un tono que buscó mostrarse en todo momento conciliador, María Eugenia Vidal juró a las 9 de la mañana de ayer en la Legislatura bonaerense para convertirse en la primera gobernadora de la provincia de Buenos Aires. Pese a los buenos modos, no faltaron las advertencias: afirmó que recibe una provincia "quebrada" aunque se comprometió a pagar los sueldos y aguinaldos de diciembre.
En el estrado principal, la escuchaban el presidente Mauricio Macri, como invitado central; su vicegobernador Daniel Salvador, y su antecesor, Daniel Scioli, quien se diferenció de la ex presidenta Cristina Kirchner y le otorgó los atributos de mando a su sucesora. "Mucha, mucha suerte", le deseó al oído.
Incluso, el ex mandatario no tuvo inconveniente en aceptar que el acto se hiciera temprano para que Macri pudiera estar presente. También participaron el vicegobernador saliente, Gabriel Mariotto, y el flamante jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta.
En lo que fue su primer discurso al frente de la mayor provincia del país, Vidal evocó desde el inicio a la idea de unidad con frases como "la política es servicio" y "voy a gobernar para todos", También quiso exhibirse accesible, humana. "No voy a hacerme la superpoderosa. Voy a ser una bonaerense más", aseguró al tiempo que decretó que "hoy empieza una etapa distinta, de gobernantes que escuchan a los demás".
En lo que fue la parte más dura de su exposición, reconoció que "no va a ser fácil" la tarea que tiene por delante al advertir que recibe una provincia "llena de deudas", aunque aclaró que buscará "cumplir con las familias" de empleados públicos que esperan cobrar "sueldos y aguinaldos". "No vamos a darles la espalda, vamos a enfrentar estos problemas", prometió y abrió el juego a los jefes comunales: "Voy a convocar a los intendentes la semana próxima".
La flamante gobernadora agradeció a Macri y a Larreta, a quien llamó "amigo". Pero hizo una mención especial que no estuvo dirigida a ningún político sino a Corina Zichichi, su difunta abuela, a quien le dedicó su "gran día".












