

Tras jurar como nuevo presidente de la Nación y en poco más de una hora, Alberto Fernández trazó un duro diagnóstico de la situación económica y social que recibe y dejó algunas definiciones en materia económica.
En los días previos ya habían trascendido algunos líneamientos generales de su gestión y referencias a la deliciada situación macroeconómica, en especial en lo que hace a la defensa de la mercado interno y la atención prioritaria a los argentinos que sufren hambre.
"Debemos empezar por los últimos para llegar a todos", fue la frase que eligió para insistir en la necesidad de poner en marcha el Plan Integral Argentina contra el Hambre.
Y también fue una forma elíptica de exponer la estrategia que se desplegará en el Consejo Económico y Social, que se pondrá en marcha en los próximos días para avanzar en "un conjunto de políticas de Estado para las próximas décadas".
Alberto Fernández dejó en claro que recibe un país con una coyuntura muy compleja y que "va a llevar algún tiempo lograr aquello que todos queremos".
Tras referirse a las "dramáticas proporciones" que tiene la situación de las pymes que requieren "alivio fiscal y estímulos apropiados", enfatizó el valor que su administración le dará al mercado interno para potenciarlo y robustecerlo.
El frente externo
En materia de endeudamiento, claramente una clave será la renegociación del cronograma de vencimiento de la deuda. "Quiero que todos comprendamos que el Gobierno que acaba de terminar su mandato, ha dejado al país en una situación de virtual default", enfatizó Fernández con tono adusto.
Frente a ello, reconoció la voluntad de pago de los compromisos pero una gran dificultad para poder cumplir. "No hay deuda que se pueda pagar si el país no crece", explicó.
En relación al Fondo Monetario Internacional (FMI) y los acreedores, el mandatario dejó en claro que su Gobierno buscará "una relación constructiva y cooperativa".
No dio pistas sobre el tenor de las negociaciones que ya se sabe comenzaron con el FMI pero, entre líneas, sugirió que se pretende alcanzar un acuerdo rápido.
En ese sentido, descartó el tratamiento del proyecto de Presupuesto 2020 -enviado por el gobierno de Macri- porque "sus números no reflejan ni la realidad macroeconómica, ni las realidades sociales, ni los compromisos de deuda que realmente han sido asumidos".
En cambio, Alberto Fernández admitió que un presupuesto adecuado solo puede ser proyectado una vez que se haya finalizado la negociación de deuda y se hayan implementado "medidas económicas, productivas y sociales" que compensen el impacto de la crisis en la economía real.
Entre las medidas que pondrá en marcha la nueva administración, el mandatario mencionó un Plan de Reactivación de Obras Públicas de calidad y sustentable, que favorezca el desarrollo regional.
Así, las obras viales, la construcción,el mantenimiento de edificios públicos y la infraestructura hidráulica volverán a disponer de de recursos. Será una buena noticia para este sector que viene golpeado desde que en mayo de 2018 el Gobierno de Macri decidió recortar recursos del presupuesto nacional para continuar con algunas obras de infraestructura.
En esta línea también dedicó unos párrafos al déficit habitacional. "Vamos a desarrollar un ambicioso plan de regularización del hábitat y de la construcción de viviendas", anticipó.
Se busca así dar solución a esta problemática porque "es inadmisible pensar que en pleno siglo XXI millones de argentinos no tengan un techo bajo el cual guarecerse". No hubo mayores precisiones pero el sólo hecho de que se haya creado un ministerio específico para el área, exime de mayores comentarios.













