

La presidenta Cristina Fernández ratificó hoy en su cargo al cuestionado jefe del Ejército, César Milani, e informó que tratarán los pliegos de su ascenso después de las elecciones legislativas de octubre.
“Vivo en un estado de derecho y no voy a aceptar ningún linchamiento editorial”, aseguró la primera mandataria y luego vinculó los cuestionamientos que Milani recibió por parte de los medios como parte de una estrategia en el marco de la contienda electoral.
Cristina dijo, en referencia a los medios, que “solo les interesa hacer daño a un gobierno que considera contrario a los intereses que durante años ellos manejaron” y remarcó: “No voy a ser títere de nadie”.
La presidenta, además, afirmó que los opositores que la criticaron por la designación de Milani son “los mismos” que “nos acusaron” de que “nuestra lucha por los derechos humanos eran de venganza, revanchismo, que queríamos destruir las Fuerzas Armadas”.
“Durante más de 10 años a Néstor Kirchner y a mí se nos acusaron en ríos de tinta en editoriales de que nuestra lucha de los derechos humanos eran de venganza, revanchismo, que queríamos destruir a las fuerzas armadas” y “quienes nos habían criticado por nuestra defensa de los derechos humanos se han convertido en el principal ariete de esta designación”.
Cristina también hizo alusión al informe del Centro de Estudios Legales y Sociales, que preside el periodista Horacio Verbitsky, aunque evitó nombrarlo. “En cuanto a los que tenemos opiniones diferentes, tampoco es para hacerse los rulos”, dijo la jefa de Estado.
La designación al frente del Ejército de César Milani generó una polémica y la reacción de diversos organismos de Derechos Humanos, por la sospecha de la participación del militar en la desaparición de un soldado durante el golpe de Estado, mientras era efectivo de la fuerza en Tucumán.













