

Como buena parte de los republicanos, el cubano Carlos Gutiérrez, ex secretario de Comercio de George W. Bush, está convencido de que América Latina (y en menor medida, también Estados Unidos) están desaprovechando una oportunidad que “no es la que se da una vez en una década o en mucho tiempo, sino de las que se dan una vez en un siglo” al demorar la explotación del gas y petróleo no convencional (shale oil y shale gas).
“En 5 años -afirma-, los países del NAFTA (Estados Unidos, México y Canadá) deberían convertirse en los mayores exportadores de combustibles. El potencial es difícil de cuantificar”.
Sin embargo, hay una serie de problemas asociados. Por un lado, los cuestionamientos ambientales, a los que rechaza porque, apunta, “no hay ninguna prueba científica” que los respalde.
Pero, además, la explotación del shale necesita una inversión enorme. Y no sólo en exploración y explotación: según los cálculos del cubano, la infraestructura adicional que necesita México en viviendas, oleoductos, plantas de licuefacción y otras llega a los tres billones de dólares.
“Esa inversión el país debe conseguir que llegue desde Asia, Estados Unidos y Europa”, plantea. E incita: “La oportunidad está ahí. La cuestión es que tenemos que conseguir ese shale oil y ese shale gas”.













