Luego de varios meses de mejora en las expectativas económicas de los consumidores, en diciembre último se revirtió la tendencia que se observaba desde el segundo trimestre de 2017 y con mucho más fuerza a partir de mediados de año. La combinación de incrementos de tarifas de electricidad y gas, sumado al paquete de reformas tributaria, previsional y pacto fiscal generó dudas sobre sus efectos futuros, lo que derivó en un deterioro de las expectativas de los consumidores, tanto presentes como futuras.

En diciembre el Índice General de Expectativas Económicas (IGEE) que mide Kantar TNS (1200 encuestas, en todo el país), retrocedió 4 puntos respecto del cierre de 2016, y 9 puntos en la comparación con noviembre último. Desde 1982 la consultora mide la percepción de la población acerca de la situación económica y laboral en el país. En el reciente informe se advierte que "las expectativas retroceden abruptamente en el cierre del año, regresando a los niveles bajos de principio del 2017, en contraposición a años anteriores donde diciembre es un mes optimista", consideró Mercedes Ruiz Barrio, investigadora senior de Kantar TNS.

El trasfondo es que cada vez que se plantean medidas que suponen un impacto económico esto se traduce casi invariablemente en un claro deterioro de la percepción que tienen los consumidores sobre las posibilidades de afrontar un nivel mayor de gastos. También se observa una mirada relativamente negativa sobre el devenir económico en los próximos meses.

El informe señala que todos los componentes del IGEE experimentaron una retracción, tanto la situación económica-laboral actual y futura en el país, como los ingresos del hogar a mediano plazo y el la conveniencia de este momento para adquirir bienes durables, con foco en electrodomésticos (heladeras, lavarropas, teléfonos), informática y electrónica. Justamente, éste fue el subcomponente que más retrocedió el mes pasado.

"En diciembre impactó en la percepción del consumidor todo el paquete de reformas impositiva y previsional y los aumentos de tarifas de fin de año, todo lo relacionado con el bolsillo y que afecta el poder de compra, lo que generó incertidumbre en los consumidores", señala Ruiz Barrio.

Respecto de las decisiones de compra, apunta que "el año terminó con un índice de expectativas en baja, un pesimismo referente a la situación laboral y económica del país sobre el momento actual mayor que la perspectiva respecto al futuro, advirtiendo que no resulta el mejor momento para la compra de bienes durables".

Por su parte, el último Índice de Confianza del Consumidor Primario que elabora Thomson Reuters/IPSOS, destaca para el mes de enero una caída del 1,4 puntos porcentuales respecto del mes anterior. Este dato surge de la evolución de cuatro subíndices ponderados, el subíndice de Confianza en el Empleo, que mostró una caída de 3,8 puntos; el subíndice de Expectativas Económicas, con una contracción de 0,6 puntos; y el subíndice de Clima de Inversión que mejora 0,2 puntos; en tanto el subíndice de Condiciones Financieras personales que es igual al último mes.

El subíndice que describe la mayor caída es la relacionada al empleo y la seguridad laboral actual, así como las perspectivas y retrospectivas de seguridad laboral, con un retroceso de 3,8 puntos porcentuales respecto del mes de diciembre. Las expectativas económicas percibidas, en las que inciden las perspectivas económicas personales y de la sociedad bajaron 0,6 puntos porcentuales el último mes, en tanto que el clima de inversión registró una mejora de 0,2%.

Fausto Spotorno, economista jefe de Orlando Ferreres y Asociados, recuerda que además de la construcción y el sector inmobiliario, "autos y motos se vendieron bien en diciembre y línea blanca viene muy bien y este año va a venir mejor". Sin embargo, aclara que lo que es línea marrón (televisores, electrónica) es la "línea más débil". En parte, esto se explica porque "la economía ya rebotó", aunque "ahora es el momento de la inversión", señala.