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Para hacer frente a los desembolsos que llegan en 2026 tanto por el vencimiento de cupones de deuda como los pagos al Fondo Monetario Internacional (FMI) y el compromiso de acumular reservas, el Gobierno busca apuntalar el ingreso de divisas con más exportaciones.

Tras superar la convulsión financiera preelectoral pero sin los u$s 20.000 millones que se habrían negociado con un pull de bancos extranjeros, Luis Caputo pone la mira en los sectores productivos con capacidad de inyectar dólares a la economía.

Luego de 2 años de gestión orientados en la desregulación del comercio internacional, que impactó principalmente en las importaciones que dieron un salto de 28,9% (u$s 64.658 millones) frente a exportaciones que crecen 8,1% interanual (u$s 71.487 millones), hasta octubre, el equipo económico elaborar un plan que permita “robustecer” las ventas al exterior.

La información fue consignada a El Cronista por referentes del sector privado que aseguran que funcionarios de segunda línea bajo la órbita del Ministro Caputo, anticiparon que “algo viene”.

IRS otorga un alivio fiscal a todos los ciudadanos afectados por las catástrofes naturales. Fuente: Archivo.
IRS otorga un alivio fiscal a todos los ciudadanos afectados por las catástrofes naturales. Fuente: Archivo.

“Hace unos 15 días circula un proyecto que se está rediseñando un poquito después del acuerdo con EE.UU.”, dijo en off una fuente que camina por el Palacio de Hacienda y dejó ver que es Carolina Cuenca, secretaria de Comercio Exterior, es la encargada de “pulir” el documento.

El texto que elaboran en estricto hermetismo los técnicos de Economía no se anunciaría como medida general, sino que “la idea es ir sacando por actividad”, detalló la fuente con llegada a la cúpula del Gobierno.

Desde la cartera de Economía como de la Agencia Recaudación y Control Aduanero (ARCA) no brindaron mayor información ante la consulta de este medio, sin embargo, las pistas extraoficiales indican que el plan tiene como eje el alivio fiscal.

Pata sobre la producción

Durante un evento organizado por la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, Pablo Lavigne, coordinador de Producción y Comercio definió que “la mejor política industrial es la que no existe”; aun así, distintos sectores fabriles se ilusionan con que el Gobierno genere medidas que “nivelen la cancha” para los exportadores más allá de las reformas de “segunda generación” que no prometen mejoras de corto plazo.

Una de las “patas” que pone el Estado sobre el sector productivo argentino y genera una “barrera” para la salida de bienes al exterior y el ingreso de divisas, es la “mochila” tributaria.

El campo, el petróleo y algunos bienes industriales recibieron eliminación o baja de derechos de exportación en el último año, pero todavía queda un amplio abanico de productos con valor agregado que pagan retenciones, entre ellos, los de petroquímica, aluminio y acero.

<div class="migrated-promo-image__description"><div class="migrated-promo-image__source">Fuente: Shutterstock</div></div>
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Además, la mira está puesta en los reintegros de exportación ya que “no se tocó nada aún” y es uno de los tributos más observados por los empresarios.

Esta semana, ARCA oficializó a posibilidad de convertir a dólares estadounidenses los saldos de libre disponibilidad vinculados a impuestos nacionales asociados a importaciones y exportaciones, así como los reintegros de exportación pendientes de cobro.

La medida fue cuestionada por la Cámara de Exportadores (CERA) que hace tiempo manifiesta preocupación por el “fuerte incremento” en los montos de reintegros y recupero de IVA pendientes.

“La resolución sorprende pues, de alguna manera, efectúa un reconocimiento tácito de imposibilidad de cumplir la deuda con los exportadores”, indicó la entidad.

Panorama y demandas

Para 2025, y pese al boom de importaciones, la Argentina volvería a tener una balanza comercial positiva de u$s 8000 millones, uno de los resultados que el Gobierno celebra, sin embargo, el saldo positivo se apalanca en la mayor exportación de soja y energía.

En cambio, la industria automotriz se ve atravesada por un alza de las importaciones de 120% y una caída de 17,6 % interanual en las ventas al exterior.

Se suma, el “alarmante” déficit del sector autopartista que alcanzó los u$s 7404 millones, marcando un incremento del saldo negativo del 9,8% respecto al mismo periodo del año anterior, según la Asociación de Fabricantes de Autocomponentes (AFAC).

Según el análisis de los flujos comerciales el desequilibrio es “preocupante” ya que las importaciones se dispararon un 8,7% interanual (i.a.), totalizando u$s 8386 millones entre enero-septiembre de 2025 mientras las exportaciones crecieron sólo 1,1% (u$s 982 millones).

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“Los desafíos pendientes del sector en relación a la competitividad exportadora y la necesidad de marcos regulatorios para acompañar futuras inversiones, en relación al cambio tecnológico que se está dando en el sector”, fueron el eje de la última reunión de los fabricantes locales nucleados en Adefa con el Ministro Caputo. Además, según informaron se analizó el escenario internacional, marcado por una “creciente competencia global y regional”.

Desde CERA, aseguran que no son necesarios “beneficios extra” o “sacrificios” para incrementar las exportaciones sino equiparar las condiciones con los competidores internacionales.

A los principales temas impositivos, Fernando Landa, titular de la entidad agregó la liquidación mandatoria de divisas de exportación: “una intervención del Estado que no ocurre en ningún lugar del mundo”. La “anomalía” llega al extremo dijo y marcó que “quien produce los dólares, el exportador, no dispone de los mismos”.

Sobre el atraso en el pago de reintegros (en dólares) indicó que “es equivalente al incremento de importaciones chinas para consumo” y, en lo que respecta a IVA recordó que aun aplica una resolución de AFIP del gobierno anterior que “también termina con atrasar la devolución con mecanismos totalmente fuera de la ley”.

Como consecuencia, hoy la Argentina cuenta con cerca de 9000 empresas exportadoras, un poco menos que Perú y muy pocas más que Chile al ritmo que las ventas al exterior se han ido concentrando en productos de menor valor agregado, expresó Landa.

“Corregir estos puntos, dar estabilidad a las reglas de juego y concentrarnos en la competitividad con menor intervención estatal será un gran avance hacia ese campo de juego nivelado, hacia la normalidad”, resumió.

Pata suelta

Otro de los puntos que más cala en los fabricantes locales, y tiene vínculo con “nivelar la cancha”, el pedido que impulsó la Unión Industrial Argentina (UIA) es el de la infraestructura logística.

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Fuentes ligadas a la industria, alertan que las altas proyecciones de crecimiento para el agro, la minería (litio, cobre) y la energía (Vaca Muerta) se vuelvan “endebles” si no van acompañadas de una inversión sustancial en ferrocarril de cargas; red vial; la Vía navegable troncal y las terminales fluviales y marítimas de aguas profundas.

Se identifica un posible cuello de botella por el incremento de carga en la vía navegable que hoy función al 70/80% de su capacidad.

Además, los empresarios cargadores, indican que el volumen de contenedores podría llegar a 4 o 5 millones de TEUs/año, pero aseguran que no hay infraestructura con capacidad suficiente; asimismo resaltan que esta situación “condena” a los puertos fluviales a ser puertos feeder (alimentadores), desviando la carga a puertos de Uruguay o Brasil.