Hay una grieta en la sociedad argentina. Es otra grieta. Es la de la violencia contra la mujer, la de las diferencias de derechos, desigualdades, golpes, inequidades. Pueden ser altas, bajas, gordas, flacas, rubias, morochas, coloradas, con rulos, pelo largo, pelo corto o lacias, incluso peladas. Heridas, golpeadas, violadas, vejadas, atemorizadas, vulneradas. De su lado y del lado de hombres también maltratados todos los hombres y mujeres de buena voluntad que cobija el suelo argentino. Del otro, los que golpean y los que no hacen nada, los del no te metás, los que minimizan, los que necesitan el protocolo nuevo que presentó el Ministerio de Seguridad para actuar.

Por primera vez en mucho tiempo los argentinos estamos unidos. Y no es mérito de la Selección nacional. Es cierto que el costo de no sumarse sería alto. Y es un año electoral. Pero es cierto también que todas las instituciones y los partidos políticos y los candidatos y cada funcionario de los tres poderes del Estado, se ven obligados a no estar ajenos a esta enorme demanda social que logró unánime consenso detrás de la convocatoria #NiUnaMenos, contra la violencia de género y los femicidios. Mérito de todos y de sus iniciadoras, varias periodistas, artistas y activistas que se cansaron de reclamar y contar los crímenes contra mujeres, incluso contra niñas. ¡Basta!, se dirá en una marcha en todo el país, sin banderías políticas.

El impacto de la consigna Ni una menos, basta de femicidios fue medido por la Consultora Ibarómetro en las principales redes sociales, otra vez protagonistas de una movilización. El 75% de los encuestados dijo estar al tanto (porcentaje que asciende al 81,4% entre las mujeres y al 84,7% entre los jóvenes) mientras que el 51% declaró interés de participar de alguna manera.

Mientras las fotos, los afiches y los testimonios de víctimas se multiplican, el 67% de los argentinos responde que la violencia contra la mujer es un problema social y sólo el 28% lo encuadra en el ámbito de la vida privada. Es decir: el problema es de todos los que convivimos en esta sociedad.

El Cronista llamó a cada presidenciable. Los primeros en sacarse foto y sumarse fueron Florencio Randazzo y Jorge Altamira, del Frente para la Victoria y el Frente de Izquierda de los Trabajadores, respectivamente. Randazzo ayer estaba en Río Negro y no confirmó si hoy irá o no irá a la marcha. Altamira sí, con críticas a los funcionarios a los que atribuye responsabilidad pero aún así, dijo, celebra que compartan la consigna. Sergio Massa (FR) fue el único en firmar los cinco puntos del reclamo pero no va, lo representará su mujer Malena Galmarini porque, según dicen, "lo que vale es lo que hizo como intendente de Tigre", un municipio donde hace 19 años Carolina Aló fue asesinada por su novio de 113 puñaladas. Como gobernador y precandidato Daniel Scioli inauguró el lunes la comisaría de la mujer número 100, y de paso lo hizo en Pilar, donde le arrebató al Frente Renovador el intendente Humberto Zúccaro. Además varios de sus ministros marcharán hoy con Cristina Álvarez Rodríguez liderándolos.

José Manuel de la Sota (UNA) intentaba acomodar la agenda para viajar a Capital, aunque la marcha tendrá lugar en todo el país. Mauricio Macri estará de viaje, pero en el estilo PRO instruyó a sus funcionarios para mostrarse activos en las redes sociales. Por su parte Ernesto Sanz convocó a las 16 al Comité Nacional de la UCR desde donde caminará con Lucas Llach, compañero de fórmula y estrella de Twitter. De las mujeres candidatas a la presidencia una va, la otra no. Elisa Carrió se sumará mientras que Margarita Stolbizer (Progresista) promovió la marcha durante el último mes pero viajó a Estados Unidos y ayer posteó fotos desde la ONU junto a parlamentarios de otros países. La jueza de la Corte Suprema, Elena Highton de Nolasco, recordó ayer en un video difundido por el Centro de Información Judicial que hace siete años ese organismo abrió una oficina de violencia doméstica. "Se han atendido 60.000 casos, unos 15.000 por mes", contó. Cifras escalofriantes registradas no en los siete años de funcionamiento sino sólo en los últimos cinco meses.