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La administración Milei continúa queriendo imponer en agenda una serie de reformas, más sencillamente instrumentables tras la victoria electoral que le otorgó más bancas al oficialismo en ambas cámaras del Congreso.
Sin embargo, el eje no estaría puesto en el lugar que lo plantea La Libertad Avanza, sino en un lugar mucho más sensible y con actores importantes, de cara las pretenciones presidenciales de 2027.
El politólogo Andrés Malamud analizó en LN+ el horizonte de reformas del Gobierno y sorprendió con una conclusión: mientras el debate público se concentra en las reformas laboral, impositiva y previsional, la verdadera batalla del oficialismo se libra en otro terreno.
“Para mí es más importante eso que todas las demás reformas que se están planeando”, afirmó Malamud al referirse a la negociación judicial. El especialista identificó el panorama: 300 vacantes en el Poder Judicial, dos jueces de la Corte Suprema y un Procurador por designar.
Su diagnóstico sobre las otras reformas fue contundente. Respecto de la laboral, anticipó que será “posiblemente superficial y con acuerdo de los sindicatos”. Sobre la impositiva, coincidió con las periodistas en que también tendrá alcance limitado. Y sentenció: “La de pensiones, la de jubilaciones, que no la van a hacer. Y la constitucional ni se mencionó nunca más”.
Cuál es el “tablero” de la negociación
Malamud trazó un mapa de los actores en juego para las designaciones judiciales. Del lado del Gobierno, identificó dos posibles equipos negociadores: el de Karina Milei y Eduardo “Lule” Menem, o el de Santiago Caputo y Sebastián Amerio —secretario de Justicia—.
Del lado de la oposición, las opciones incluyen a Cristina Kirchner, Axel Kicillof a través del ministro de Justicia bonaerense, o directamente a los gobernadores.

“Y podés negociar con todos al mismo tiempo y ver qué les conviene, y finalmente pueden cerrar con más de uno al mismo tiempo o descartar a uno. Son tan hábiles que no sabemos”, reconoció el analista sobre la estrategia oficial.
La perspectiva de un “kirchnerismo fragmentado”, según Malamud
Para Malamud, el gobierno tiene un interlocutor debilitado enfrente. “El kirchnerismo hoy es un partido provincial bonaerense. Es como el Movimiento Popular Neuquino fue en Neuquén durante tanto tiempo. Y está partido al medio”, describió.
La asistencia al Pacto de Mayo ilustró esta fragmentación: 20 gobernadores concurrieron, solo 4 no lo hicieron. Y entre esos cuatro está Kicillof, enfrentado con Cristina Kirchner. “¿Por qué los demás gobernadores peronistas tienen que alinearse detrás de un gobernador que ni siquiera alinea a su partido provincial?”, se preguntó Malamud.
Su conclusión fue tajante: “La negociación va a ser con los peronistas. Pero los peronistas son cada vez menos kirchneristas”.
Pequeñas reformas, gran apuesta
El contraste que planteó Malamud es revelador. Mientras en Chile se intentó dos veces una reforma constitucional, en Argentina “las grandes reformas no se mencionan. Están haciendo pequeñas reformas. Porque la clave es la Justicia”.
La pregunta que queda flotando es si el gobierno tiene los incentivos suficientes para negociar. Sacar a los jueces de la Corte requiere dos tercios en el Senado, lo que implicaría un acuerdo con el kirchnerismo. Pero según el análisis de Malamud, ese kirchnerismo ya no tiene el poder de veto que supo tener, lo que cambiaría radicalmente las condiciones de cualquier negociación.















