Desde 2024 se “dieron vuelta” todos los incentivos al consumo y los salarios no repuntan, sin embargo, con números en rojo en variables clave y el tipo de cambio bajo presión dolarizadora, la menor inflación y el orden macroeconómico explican la convalidación en las urnas del modelo liberal. Tras las elecciones que le dieron luz verde a Javier Milei para avanzar con las reformas de “segunda generación” especialistas analizaron el rumbo económico, marcaron desafíos y una nueva oportunidad. “La etapa de estabilización se cumplió”, destacó Matías Boris Wilson, economista Jefe de la Cámara Argentina de Comercio (CAC) y señaló que, la baja de la volatilidad económica y financiera despeja el panorama. “¿Hacia dónde va la Argentina?”, dijo y se enfocó en las cuentas pendientes en un panel junto a Camilo Tiscornia (C&T) y Federico Moll (Ecolatina) “Estamos preocupadísimos por la evolución del consumo”, aseguró quien interpreta los números del sector mercantil a nivel nacional, sin embargo, apuntó al largo plazo. “A nadie le sirve un año maravilloso y caer al siguiente”. Según los datos que presentó Moll, dentro del nivel socioeconómico medio en 2017 el nivel de pobres era de 10%; la cifra creció al 40% entre 2023 y 2024 y cayó a 20% en 2025. Esta mejora, se apalancó en precios relativos, “no en empleo y salario de calidad”, dijo marcando una debilidad del modelo liberal. Aun así, la baja de precios de la canasta familiar a partir de la caída de la inflación es uno de los factores clave que explican este fenómeno en un contexto de ajuste, pérdida de poder adquisitivo y caída de empleo formal. Al mismo tiempo, permiten entender por qué “trabajadores informales” que incluso “deben trabajar más horas” acompañen la política del gobierno, según Moll. Aquí también destacó que los ingresos informales están creciendo por encima del salario formal. Bolsillo flaco Si bien variables económicas como la baja de la inflación explican el triunfo de Milei, la evolución del mercado laboral “no es buena” dijo Moll y apuntó a la caída del empleo formal contra el crecimiento de la “changa” y el cuentapropismo “no profesional, mal remunerado, con poca protección y sobre-empleo (cantidad de horas trabajadas)”. El gobierno ha subordinado todas las variables a la inflación, y hacia 2026 no se espera un cambio ni más incentivo al consumo. De hecho, se anticipa un mayor impacto en el nivel de ingreso por incremento de presión tributaria sobre las personas y un alivio a las empresas. Las tarifas, además, “tienen que seguir aumentando”, aseguró Moll. Los analistas coincidieron al proyectar que el consumo se estabilizara, pero que no se dará un boom en 2026 y que será mejor la performance en bienes durables que en masivos en un modelo donde ganará el que coloque el mejor precio y logre mayor productividad. En esa dinámica reconocen que habrá ganadores y perdedores, sin embargo, coinciden que la eficiencia será el motor. “Si en los próximos meses/años los salarios no crecen no va a ser porque el gobierno ´pisa´las paritarias sino por problemas de productividad“, sintetizó el director de Ecolatina. Problema estructural Frente al problema estructural de falta de crecimiento desde 2011 que es síntoma de una “tragedia”, según el economista Jefe de la CAC, los analistas ven una oportunidad. En sus análisis Camilo Tiscornia enfatizó que la dinámica de precios argentina es “algo completamente distinto a lo que pasó en el resto del mundo en los últimos 20 años” y aseguró que la raíz del problema es la emisión. “En los 10 últimos años, cada argentino produce menos” dijo y agregó que “de aquí se entiende el nivel de frustración social”. En este punto coincidió en que la clave para que exista crecimiento económico es el aumento de la productividad. El experto identificó la nominalidad atada a la emisión monetaria y el déficit fiscal sostenido como la norma en los últimos 60 años, siendo este el origen fundamental de la inflación y de los “malos resultados de los últimos 15 años”. Por eso aseguró que si bien “la forma o los plazos” que aplicó el Gobierno para bajar la inflación se puede discutir, “esto había que hacerlo”. La Argentina logrará un superávit comercial de u$s 8000 millones aproximadamente en 2025 pero las importaciones seguirán en récord. Para sostener la apertura comercial resulta estratégico el sector energético. Las exportaciones de Vaca Muerta prometen un crecimiento progresivo hasta igualar los ingresos que genera el campo en 2030. “Esto no va a pasar si no se dan las reglas de juego para que pase”, aseguró Tiscornia. En este punto, se centró en el Pacto de Mayo, que busca transformar en ley pilares como el “equilibrio fiscal innegociable” y poner foco en temas institucionales y de reglas de juego.