

En medio de rumores que aseguran que Mauricio Macri está de salida de la conducción del PRO, enfáticamente desmentidos por su entorno, el Consejo Nacional del partido amarillo se reúne hoy en la sede de Balcarce, el edificio que compró hace diez años el exsenador José Torello. En ese entonces, el amigo del expresidente se mostraba tan confiado como exultante: “Vinimos para quedarnos”.
El encuentro arranca a las 10, y seguramente habrá medialunas de Atalaya sobre la gran mesa cuadrada, donde se han discutido a fondo los difíciles posicionamientos de este tiempo, con sus dirigentes divididos ante LLA, el partido que los quiere, pero “arrodillados” y de a uno. Será una reunión presencial, la primera desde las elecciones del 26 de octubre, y la última del año.
La asunción de Diego Santilli como ministro del Interior es una prueba de la fractura dentro del PRO. No estaban Macri ni María Eugenia Vidal. En realidad, nadie los invitó. Se trató de una ceremonia para los familiares y amigos, donde por lo visto no califican. En cambio, sí dijeron presente todos los intendentes bonaerenses del PRO, incluso Diego Valenzuela, que ya se hizo violeta. Al Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, no se lo vio, ni a nadie de CABA.
“No hubiera estado mal que Mauricio asistiera. Lo habría incomodado al Colo pero también a (Javier) Milei, pero Mauricio no va donde no es bienvenido, no juega con esas cartas”, dijo un viejo amigo, consultado por El Cronista.
Hay algunos asuntos que requieren cierta urgencia como la situación del distrito de Córdoba, que fue intervenido por la conducción nacional, pero su titular, Oscar Agost Carreño, logró resistir con el respaldo de la justicia cordobesa. Su mala perfomance electoral lo deja ahora muy debilitado.
En general no le fue bien al PRO en los distritos donde no fue en alianza con LLA, como el caso de Chubut y Río Negro. Pero salió airoso por ejemplo en CABA y Entre Ríos, lo que asegura que la nueva política de alianzas que empezará a discutirse se teñirá de violeta.
Por estatuto, las autoridades nacionales tienen cuatro años de mandato. La actual conducción lleva dos años, y aunque son muchos los que ven a un Macri sin ganas de continuar al frente del partido que fundó y lidera, es difícil -por personalidad- que tome la decisión de dar un paso al costado.














