

La Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) presentó la segunda edición del Índice de Gestión Estratégica de Ciudades (IGEC) que, en esta edición, centra su análisis en los 24 municipios que integran el denominado conurbano bonaerense.
En su anterior edición, la de 2024, se habían evaluado los 10 principales conglomerados urbanos de Argentina. En esta oportunidad se evaluó el desarrollo estratégico y sostenibilidad de la gestión de los 24 distritos que rodean a la Ciudad en 5 dimensiones: la política e institucional, el desarrollo económico, la sociedad, el medio ambiente y la tecnología e infraestructura.
El índice se basa en una escala de 0 a 5, diseñada para evaluar de manera cuantitativa y cualitativa el nivel de sostenibilidad y gestión estratégica de cada ciudad. Se estructura en cinco dimensiones que se descomponen en 31 variables representativas, las cuales, a su vez, integran 159 indicadores.
Este enfoque "permite ofrecer un diagnóstico integral de cada conglomerado urbano, identificando tanto sus fortalezas como sus áreas de oportunidad para promover un desarrollo urbano sostenible", señala el comunicado de prensa.
Por ejemplo, el análisis de la dimensión política-institucional, subraya la capacidad y eficiencia con que el gobierno local conduce sus acciones de cara a los ciudadanos. Allí, Vicente López, el distrito conducido por Soledad Martínez, obtuvo una valoración de 3,76, San Isidro (3,71), San Miguel (3,38) y Tres de Febrero (3,09) por detrás.
En cuanto a la dimensión de desarrollo económico, que valora la eficacia de la gestión económica del municipio y su capacidad para generar un entorno competitivo y fomentar el desarrollo industrial, Tres de Febrero obtuvo la máxima puntuación (3,57), seguido por Lanús (3,48), Tigre (3,42) y San Miguel (3,30).
Por su parte, en la dimensión de tecnología e infraestructura, que examina la cobertura y accesibilidad de los servicios esenciales, así como la implementación de tecnologías innovadoras que faciliten una mejor toma de decisiones, Vicente López logró una puntuación de 3,87, con San Isidro (3,60), Tres de Febrero (3,48) y Quilmes (3,33) a continuación.
La valoración de la dimensión de sociedad está sujeta a la potenciación del capital humano de cada ciudad, contando factores de desarrollo social como educación, cultura, empleo y seguridad. En esta dimensión, San Miguel lidera con 3,59 puntos, adelante de municipios como Tres de Febrero (3,27), San Isidro (3,22) y Quilmes (3,15).
Finalmente, en cuanto a la dimensión ambiental, que pone énfasis en las políticas de sostenibilidad urbana, la gestión eficiente de los recursos naturales y la reducción de la contaminación, el municipio líder fue Tres de Febrero, con 3,29 puntos, seguido por Vicente López y San Isidro (3,10) y Avellaneda (2,77).
Los resultados globales indican que cuatro intendencias conducidas por el PRO y La Libertad Avanza son las que tienen mejores estándares, seguidas por dos que tienen a sus intendentes referenciados en La Cámpora.

Las mejores
Vicente López: Este municipio lidera en casi todas las dimensiones evaluadas. Sobresale por su infraestructura de servicios, alta conectividad tecnológica y un gobierno local con muy buena planificación institucional. Sin embargo, su punto débil es la sostenibilidad ambiental: aunque está por encima del promedio, necesita más políticas de espacios verdes y movilidad limpia.
Tres de Febrero: Se ubica muy bien gracias a su fuerte desarrollo económico, liderazgo institucional y políticas ambientales destacadas. Tiene buena infraestructura y tecnología. El desafío está en seguir profundizando políticas sociales para equilibrar sectores vulnerables y garantizar cohesión barrial.
San Miguel: Tiene un capital social muy fuerte, buena seguridad y políticas educativas activas. Además, la gestión institucional es destacable. Sin embargo, debe mejorar la sostenibilidad ambiental y modernizar parte de su infraestructura de transporte para sostener su crecimiento.
Quilmes: Es de los municipios con mejor balance entre desarrollo social, económico y tecnológico. Ha avanzado en modernización digital y competitividad. Su flanco débil es la dimensión ambiental: la gestión de residuos y el espacio verde requieren planes más sólidos.
Lanús: Con una economía dinámica y una infraestructura tecnológica adecuada, Lanús se proyecta como polo urbano competitivo. Tiene buena gobernanza y políticas de inclusión social. Sin embargo, su desempeño ambiental es bajo, lo que implica riesgos para la calidad de vida a futuro.

Los peores
Merlo: Aunque tiene un puntaje social relativamente aceptable, Merlo presenta debilidades marcadas en gestión institucional, tecnología e infraestructura. La falta de planificación urbana y la baja inversión en innovación complican su proyección a largo plazo.
José C. Paz: A pesar de avances sociales puntuales, este municipio muestra carencias graves en solvencia económica, infraestructura tecnológica y sostenibilidad ambiental. La falta de políticas de atracción de inversiones limita oportunidades laborales de calidad.
La Matanza: Es el partido más poblado, pero su enorme tamaño expone déficits: baja eficiencia institucional, servicios públicos con cobertura desigual y un nivel ambiental crítico. La congestión urbana y la falta de espacios verdes son desafíos pendientes.
Moreno: Este distrito combina bajo desarrollo institucional con problemas severos de infraestructura y ambiente. Es de los peores en sostenibilidad, con escasas políticas para transporte limpio y espacios verdes, lo que afecta directamente la calidad de vida.
Ezeiza: Ocupa el último lugar del ranking. Aunque tiene ventajas logísticas por el aeropuerto, su gestión institucional y desarrollo económico son mínimos. La falta de políticas ambientales y de infraestructura moderna limitan su potencial para atraer inversiones y mejorar servicios básicos.













