

El amplio abanico de entidades empresarias de la Argentina aguarda la convocatoria del ministro de Economía, Sergio Massa, a la mesa que conformará con referentes del sector gremial para sepultar la volatilidad de los últimos días y retrotraer los precios en un "plan estabilizador" de corto plazo.
Luego de mantener un encuentro a puertas cerradas con los empresarios de IDEA y postergar un almuerzo en la Cámara Argentina de Comercio, de donde el Ministro es "habitué", tras recibir apoyo del sector gremial que representa la Confederación General del Trabajo (CGT) y las agrupaciones sociales, Massa anunció que trabajará en un"sendero de 90 días de estabilidad".
Con una misión en Washington para retomando el diálogo con el FMI, el titular del Palacio de Hacienda, se pondrá al frente del ordenamiento interno, con privados y gremios en puja por defender ganancias e ingresos, respectivamente, frente a una inflación que volverá a superar el 7% en abril.
"Es inexplicable que haya intentos de remarcación de precio sobre el aumento del dólar blue", dijo Massa en relación a la vertiginosa escalada de la cotización paralela y aclaró que "las importaciones se realizan al valor del dólar oficial".

Para frenar el "shock de precios" el Gobierno buscará que las empresas de productos masivos retrotraigan aumentos; sin embargo, desde la otra vereda apuntan a la "fuerte inestabilidad" que también alzó el valor del dólar contado con liquidación, que utilizan las empresas que no suscriben a "Precios justos", para importar o simplemente lo toman como valor de reposición.
En los diez días de mayor impacto, el CCL creció de $405 a $463 (promedio) lo que marca un alza de entre 15 y 19 puntos, que se reduce a 10% en el acumulado del mes, pero sirvió para justificar el traslado a precios en indumentaria, alimentos, construcción y tecnología, entre otros.
Abrir el juego
"Esta escalada del dólar impacta en las perspectivas de venta más de lo que imaginábamos", indicó Alfredo González, presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) y destacó que "muchos proveedores no quieren entregar mercadería o lo hacen sin precio. Es necesario generar confianza para que la macroeconomía brinde estabilidad y previsibilidad al mercado interno".
Por su parte, Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentina (IPA) reclamó un lugar en el espacio de consenso y pidió ampliar el alcance de los acuerdos de precio.
"Una reducción del acuerdo a las grandes empresas y supermercados dejará de lado a un universo enorme y clave, y volverá a fracasar, como sucedió en otras oportunidades, especialmente en Precios Justos", advirtió.
Incentivos para la industria
"En lugar de pedir dólares, es mejor generar incentivos para que entren a través de la industria y la producción", planteó un dirigente con más de 20 años en la actividad industrial. La propuesta, sin embargo, lleva tiempo. Y las negociaciones son contrarreloj.
En consenso, distintos sectores productivos apuntan al efecto de la brecha cambiaria y la falta de libre disponibilidad de divisas para importar como un "techo" para el desarrollo económico y plantean su propia agenda para que la economía "despegue".
"La Argentina es un país fenomenal, el problema es que los argentinos no hemos encontrado la vuelta para que funcione como un país normal", planteó Mario Grinman, titular de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios y dijo que "hoy la Argentina carece de la cantidad necesaria de empresas para salir adelante".
Con "posiciones tradicionales" que apuntan a generar políticas de Estado que den previsibilidad en temas claves como seguridad jurídica; unificación en el tipo de cambio; reducción de carga tributaria los empresarios advierten que se debe "terminar con los parches".
Mejores perspectivas para adelante
Aunque el panorama es complejo, empresarios ligados al "círculo rojo", aseguran que la Argentina tiene grandes proyectos pendientes para incrementar el ingreso de divisas. A la cabeza, todos miran a Vaca Muerta, destacan su desarrollo y el potencial en una ventana de oportunidad para los próximos 20 a 30 años.

Luego, la expectativa se centra en el gas natural licuado (GNL) y en el hidrógeno verde, ambos a la espera de lograr aval del Congreso para contar con un marco de regulación que facilite la promoción, y el litio, entre otros de energía alternativas, como la eólica.
Si bien son iniciativas que pueden dar un giro en la estructura económica de la Argentina que hoy depende en un 50% del sector agroexportador, demandan inversiones desde los u$s 10.000 millones y eso, explican los analistas, exige rigurosas garantías, principalmente, sobre el permiso para girar regalías o asegurarse dólares para insumos y maquinaria del exterior.
En un escenario austero, se estima que el impulso del sector energético en su amplio abanico puede generar exportaciones por u$s 50.000 millones, en los próximos años, con un derrame considerable en la generación de empleo formal y crecimiento del PBI.
En el encuentro que se desarrollará la próxima semana, el éxito que alcance la comitiva argentina que renegocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en Washington, determinará el clima en el que trascurra la mesa de estabilización,por la expectativa de que el organismo anticipe desembolsos por u$s 10.000 millones.













