

Desde la asunción de Javier Milei los salarios han perdido mucho poder de compra y el consumo cayó en 16 de los 17 meses del Gobierno. En este contexto, el equipo económico liderado por Luis Caputo enfrenta el desafío de mantener la estabilidad de precios mientras busca consolidar el ajuste fiscal y monetario que caracteriza la gestión libertaria.
Para 2025, "todos los analistas pronostican que Argentina crecerá 5%, que es el mayor nivel de crecimiento de los últimos 15 años", según declaraciones del propio ministro de Economía.
Sin embargo, la persistencia de la inflación mensual en niveles elevados representa uno de los principales obstáculos para el cumplimiento de las metas gubernamentales y la recuperación del poder adquisitivo de la población.
Según un informe del Instituto de Estudios sobre el Trabajo (IET), elaborado con base en la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares 2017-2018 del INDEC y datos de la Dirección General de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires, la inflación de junio se ubicará en el 1,8% mensual, marcando una aceleración del 50% respecto al 1,2% registrado en mayo. Este incremento llevó la inflación interanual al 39,8%, perforando por primera vez el umbral del 40% desde marzo de 2021.
Inflación: preocupante proyección anual
En los primeros seis meses de 2025, la inflación acumula un 14%. Si estas cifras se repitieran en la segunda mitad del año, la inflación acumulada anual alcanzaría el 30%, un número que generaría serias preocupaciones sobre el control de precios en la economía.

A pesar de la aceleración registrada, la inflación mensual de junio fue la segunda más baja desde julio de 2020, lo que sugiere que el fenómeno inflacionario mantiene cierta moderación en términos históricos.
Cuáles fueron los sectores que más se encarecieron
El análisis por rubros muestra que las bebidas alcohólicas y tabaco lideraron los aumentos con un 3,6% mensual, impulsado principalmente por subas del 4,5% en cigarrillos y del 4% en cervezas.
En segundo lugar, se ubicó bienes y servicios varios con un 2,8%, donde destacaron los servicios financieros con un notable incremento del 7,3% y los productos de cuidado personal con 3%.

Un grupo de tres sectores registró aumentos del 2,6%: educación, recreación y cultura, y vivienda. En este último caso, influyeron las alzas en alquileres, expensas y electricidad. Particularmente llamativo fue el aumento del 7,1% en paquetes turísticos dentro del rubro recreación y cultura.
El sector salud registró un incremento del 2,5%, empujado por las prepagas (2,6%) y consultas médicas privadas (3,8%), mientras que transporte se incrementó 2,3%, especialmente por alzas en el transporte público en el AMBA y pasajes de avión, que subieron 7,8%.
Sectores que se mantuvieron moderados
Por debajo del promedio se ubicaron restaurantes y hoteles (1,6%) y alimentos y bebidas no alcohólicas (1,1%). Este último rubro, que tiene el mayor peso en la canasta de consumo, se vio contenido por la baja estacional en verduras.
Los rubros con las menores subas fueron equipamiento y mantenimiento del hogar, comunicaciones, y prendas de vestir y calzado, todos con aumentos inferiores al 1%.
La inflación mostró variaciones significativas según el perfil socioeconómico de los hogares. Los hogares con jefes inquilinos experimentaron una inflación mayor (1,96%) que los propietarios (1,76%), debido principalmente a la incidencia del aumento del 3,1% en los alquileres.
Por situación laboral, los asalariados registrados y no asalariados registraron una inflación levemente superior al promedio (1,83%), mientras que los desocupados (1,78%) y asalariados informales (1,73%) estuvieron por debajo. No se observaron diferencias significativas entre hombres y mujeres.
La aceleración de junio, aunque moderada en términos históricos, sugiere que el control inflacionario sigue siendo una prioridad urgente, especialmente considerando las diferencias de impacto entre distintos grupos sociales y niveles de ingresos.














