

Para que el FMI otorgue un stand by a la Argentina, el mercado espera nuevas metas de déficit fiscal e incluso de inflación. Pero al mismo tiempo se abrió el debate respecto de las limitaciones que el organismo impondrá al Banco Central para dejar flotar el dólar y evitar vender reservas, salvo en casos de mucha volatilidad, para evitar que "regale" las divisas que se usan para pagar las deudas.
Gustavo Cañonero, ex economista principal del FMI, opina que el organismo "no regala los dólares para que se tiren, pero sí los va a dar para que lo uses a tu mejor arbitrio si estás comprometido con el programa fiscal de convergencia". Y opinó que el organismo no pedirá que el Central no intervenga con reservas si la volatilidad cambiaria compromete las metas fiscales.
"Hay ciertas prioridades dentro de un programa que dominan lo que pase en otros ámbitos. En el caso de la Argentina, el objetivo es financiamiento del sector público y la condicionalidad fiscal es la reducción del déficit fiscal. Secundario a eso va a ser una meta de inflación. A esos dos elementos se ajustan el resto de las políticas", dijo Gustavo Cañonero, actual director del Grupo SBS, para quien el tipo de cambio es endógeno a las metas del Gobierno.
"El país tiene una política cambiaria de flotación, pero si en algún momento el grado de volatilidad de la flotación compromete lo que ha pensado en términos fiscales e inflacionarios, el FMI no dirá nada si hay que estabilizar el mercado cambiario. Todo el mundo está intentando decir que la prioridad es preservar las reservas y que el dinero no se gaste. En este programa, la idea central es que ese dinero se va a gastar, si no, no sirve. Porque justamente lo que se acepta es que tenés un ajuste fiscal gradual y en ese gradualismo hay que gastarlo", explicó.
Por el contrario, para el Credit Suisse, es claro que el FMI recomienda tipos de cambio flexibles, que se deje depreciar el peso para estimular la demanda de dinero y no usar reservas. En cambio, sería contrario a pequeñas intervenciones que redunden en un gasto de reservas pero que no incentiven la demanda de dinero, para terminar en el mismo tipo de cambio.
"Cuesta caro y al final se llega al mismo equilibrio", dijo Daniel Chodos, ITS Trading Desk Strategy del banco suizo.
Basado en los casos de Islandia, Grecia, Jamaica, Kenia y Serbia, el Credit Suisse entiende que las condicionalidades del FMI para otorgar un stand by involucran no sólo la política fiscal, sino también la monetaria y cambiaria, estabilidad financiera y reformas estructurales.
"En términos de política monetaria y de reservas/política de tipo de cambio, el FMI acoge con beneplácito los regímenes de metas de inflación con monedas que flotan libremente y un stock adecuado de divisas internacionales.
reservas", dijo Credit Suisse en un informe. .
"Las políticas relacionadas conel stand by tienden a centrarse en preservar las reservas de divisas del Banco Central y mejorar la posición de la cuenta corriente. Estas políticas mejoran la capacidad del Gobierno para pagar su deuda en moneda fuerte", explicó.
Por ejemplo, en la segunda revisión del stand by a Jamaica en octubre pasado, el FMI indicó que para alcanzar la meta de inflación "las autoridades están comprometidas a mantener un tipo de cambio flexible y limitar las intervenciones en moneda extranjera para suavizar la excesiva volatilidad".
El Credit Suisse entiende que estas políticas podrían dar como resultado la depreciación de la moneda y un aumento en las tasas reales. Por lo que entiende que el stand by será "más inequívocamente favorable para el crédito soberano que para las tasas locales y la moneda, dado que la línea de crédito asegurará financiamiento en moneda
fuerte para el corto plazo y dado que la condicionalidad se enfoca en reservar la capacidad del Gobierno para pagar su deuda en dólares".
Este debate sobre la política del BCRA se da en un contexto de continuidad en la volatilidad cambiaria. En el mercado hay preocupación por el mensaje que está dando el Gobierno para acallar las ventas de minoristas, luego de que los inversores institucionales recibieran con agrado el mensaje de la vuelta al FMI, tras la caída de reservas del viernes pasado.
En tanto, hay muchos inversores que no quieren que el Gobierno deje apreciar el tipo de cambio más de lo que debiera, como hizo el año pasado, ante la debilidad de un déficit de cuenta corriente de un 5% del PBI.













