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Se volvió a picar la interna dentro de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM). Ayer, durante el Congreso Nacional de Delegados Metalúrgicos, que se extiende hasta hoy miércoles 19 en Mar del Plata, y en un contexto de alta inflación, volvieron los pases de factura al histórico líder del gremio, Antonio Caló, por los acuerdos salariales de gestión. El aludido, tampoco se calló y retrucó con un desafío.
"La UOM no nació ayer, la UOM es grande, y no voy a permitir que nadie mancille mi nombre. ¡Mi nombre está limpio en todos lados!", se sacó, tras escuchar las acusaciones de un sector de los presentes, vinculados a la seccional de La Matanza.
A una semana de que el secretario general, Abel Furlán, terminara de cerrar las segundas paritarias del gremio con las empresas de la rama siderúrgica -una semana antes lo hizo con las cámaras metalúrgicas-, gran parte de los discursos giraron en torno a los salarios y la pérdida del poder adquisitivo en el marco de un año electoral donde prima la incertidumbre económica.
Del encuentro nacional de dos días en el Hotel 13 de Diciembre participan delegados de todas las seccionales del país, cada uno de ellos brindando un informe sobre la situación en su geografía. El común denominador: la preocupación por la inflación, la evolución de los precios y subas que se licúan en cuestión de meses. Por esta razón, las dos paritarias que la UOM cerró en abril apenas cubren apenas un trimestre.
Una a una, las diversas exposiciones subrayaron la necesidad de recomponer el salario del sector metalúrgico para acompañar -y de ser posible ganar a- la evolución de los precios. Y es que el último índice del 7,7% en marzo puso al primer trimestre del año en un acumulado del 21%, aproximándose peligrosamente a los primeros cierres paritarios del año en torno al 30%, si bien algunos de esos gremios lograron ganarle por unos puntos o ganarle a la inflación del año pasado.
Desde La Matanza, su vocero Ulises Delgado, se refirió en duros términos "a la realidad diaria de cada compañero y compañera en las fábricas". Y en ese contexto de crispación latente, arrancaron los pases de factura por la "herencia" de la pasada gestión de Caló, a quien muchos señalan por cerrar acuerdos a la baja. De hecho, en gran medida su desplazamiento a través de las urnas del gremio y el ascenso de Furlán se explicó el año pasado en esta sintonía de disconformidad.
La reacción de Caló
Al final, el propio Caló terminó por tomar el micrófono y responder. Se defendió de las acusaciones y recordó que cuando discutieron los salarios, "no lo discutí yo solo, lo discutimos todos y lo trajimos a consideración de las comisiones directivas y el consejo directivo y siempre levantaron la mano, y el que dice que no, está mintiendo". Incluso desafío a que se presenten los secretarios generales de su época que él estaba dispuesto a debatir sus planteos de frente.
El histórico líder arrancó algunos aplausos del nutrrido auditorío cuando remarcó que estuvo 23 años al frente de la UOM y que jamás calló a ningún representante. "No conocen la historia de la UOM", resaltó. Desde la seccional de La Matanza, observaban en silencio en sus asientos.
"Es fácil decir que el salario no se arregló porque estuve sentado 23 años. El salario no se arregló por la situación económica del país. El salario no se arregló porque con Macri perdimos 70.000 trabajadores y no podíamos arreglar salarios. Y ahora que se puede arreglar, bienvenido sea, yo no voy a estar en contra. Pero tengamos respeto y tengamos historia. La UOM se hizo con historia, no se hizo gratis, con discurso", insistió Caló.
Y concluyó asegurando que, cuando se hizo cargo de la CGT, fue en medio de una división de la central en tres. "¿Saben por qué me hice cargo de la otra (CGT)? Porque las otras dos CGT querían voltear a Cristina, le querían hacer un paro general, y nosotros como la UOM, me puse al frente y nunca le hicimos un paro general", retrucó.
Para hoy, en la segunda y última sesión, se espera la participación del gobernador Axel Kicillof. El acto de cierre será a las 15. Antes también desfilarán por el auditorio el economista Roberto Feletti y el intendente de Ensenada, Mario Secco.