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Puede quintuplicar su valor, pero el plan es reducirla: la próxima empresa pública en la mira

Se trata de una de las firmas estratégicas, reconvertida en Sociedad Anónima bajo control de un interventor que designó el Gobierno. Se espera la publicación de un decreto para desconcentrar sus operaciones en unidades de negocios. El impacto sobre la planta laboral

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En los próximos días se esperan novedades respecto al futuro de Casa de Moneda, una de las firmas más importantes en manos del Estado y con potencial para quintuplicar su valor desde que fue reconvertida en una Sociedad Anónima Unipersonal. En el marco del plan de transformación de las empresas públicas y privatizaciones, la intervención se encuentra a la espera de un decreto para fijar la nueva operatividad de la firma mediante contratos con diversos organismos públicos. Los gremios, no obstante, temen que se trate de un primer paso hacia su vaciamiento.

Fuentes de Casa de Moneda señalaron a El Cronista que el interventor Pedro Cavagnaro ya los notificó sobre la próxima publicación del decreto que redefinirá las operaciones de las diversas unidades de negocios en las que organizó la flamante SAU. Allí se consignaría que los servicios de la empresa se licitarían a cada uno de los organismos interesados y se prevé que el financiamiento del trabajo quedará a su cargo.

El Cronista intentó contactar sin éxito a las autoridades de la intervención como también a los responsables de la Agencia de Modernización del Estado, a cargo de Diego Chaher, de la que depende su futuro. No está claro aún qué deberes asumirá cada uno de los contratistas eventualmente si se avanza en esa dirección y si absorberán el personal dedicado ya que los trabajadores de CDM no se encuentran bajo la órbita del SINEP como el personal de algunos de esos organismos. 

Más impensado aún sería, a priori, un traspaso de la planta si se involucraran privados. Todo lo cual hace pensar a los gremios con representación en la empresa -ATE, UPCN y Gráficos- que la verdadera intención del Gobierno es seguir pasando la motosierra sobre la planta laboral que ya se redujo en una tercera parte. De hecho, algunos de sus dirigentes, en diálogo con este medio, recordaron la promesa de Cavagnaro al asumir de "liquidar" la firma.

De este modo, la impresión de pasaportes quedaría bajo la órbita y responsabilidad económica del Renaper así como la producción de las chapas patentes para vehículos se asumirá desde el Ministerio de Justicia. Por su parte, ARCA se haría responsable de la producción de estampillas para cigarrillos y bebidas (con y sin alcohol), para garantizar su trazabilidad. Este es uno de los últimos contratos que selló la empresa y hay versiones respecto a que podría extenderse a medicamentos.

A contramano, Casa de Moneda quedaría a cargo de la destrucción de billetes y servicios al Banco Central, aunque también podrían licitarse estos contratos en manos privadas. De hecho, las autoridades del Central vedaron al CDM de participar el año pasado de la licitación de los billetes de $20.000, un contrato millonario que podría haber significado recursos para la empresa -más allá del debate sobre la soberanía y la seguridad de esos billetes- que finalmente se mandaron a imprimir a China. Todavía se espera la importación de la última tanda de ellos para el próximo mes.

Todo esto podría ir acompañada de una nueva reducción de planta. De los poco más de 1300 trabajadores originales, el Gobierno indemnizó y ofreció retiros voluntarios y adelantó retiros a medio centenar de ellos a lo largo de 2024 y primeros meses de 2025, en gran medida luego que cerrara la vieja planta de Ciccone Calcográfica, en Don Torcuato.

Ahora solo quedan 900 trabajadores y trabajadoras en la sede central pero la motosierra podría ir todavía más a fondo y dejar afuera a la mitad. Se habla incluso de indemnizaciones del 50%. De ahí que entre los gremios sospechen que la meta final es el achicamiento de la empresa y la privatización de sus servicios. En la última adecuación del Presupuesto nacional, a través de la Decisión Administrativa 10/2025, el Ejecutivo dispuso el traspaso de los montos previstos como gastos de capital, casi $4.000 millones, a recursos de uso corriente.


Qué dice el nuevo estatuto de Casa de Moneda SAU

Hace solo unas semanas, el 30 de abril, se publicó en el Boletín Oficial el Decreto 295/2025 prorrogando por otros 120 días la intervención a cargo de Cavagnaro, un hombre de la línea de Luis Caputo, quien había desembarcado en noviembre de 2024 en su rol y antes ya había tenido un paso por IMPSA. El proceso de transformación de la Sociedad de Estado original a la SAU se concretó en la asamblea casi un mes más tarde, el 20 de diciembre.

En el mismo decreto 295/2025, se publicó finalmente el estatuto de la Casa de Moneda SAU, con la composición de la empresa, su estructura y su capital. Un dato que es muy gráfico sobre el valor de la firma es el que describe su capital social nominal en $123.519.854, con el Estado nacional como inversor único, aunque le reconoce el potencial de quintuplicar el valor de las acciones por decisión de la Asamblea Ordinaria.

¿Qué significa esto? Que le permitiría eventualmente a Casa de Moneda una considerable expansión financiera si lo juzgara necesario, siempre en el marco del artículo 188 de la norma Nº 19.550, la Ley General de Sociedades. Si bien las acciones hoy en el estatuto confieren el poder de un voto por acción, las futuras acciones resultantes de tales aumentos podrían incluso conferir hasta cinco votos por acción. 

Acorde al estatuto, el valor estratégico de Casa de Moneda SAU. para el Estado Nacional se desprende directamente de su objeto social. Como única entidad con la misión de fabricar el dinero circulante y documentos sensibles para el país, su existencia es vital para la soberanía económica y la seguridad del Estado. No obstante, el uso que le asigna el Gobierno libertario, renuente a incrementar la masa monetaria en su discurso, limita este objetivo central de la empresa.

Un informe presentado por la intervención identifica cinco unidades de negocios actuales: la Fabricación de dinero circulante; la Producción de estampillas fiscales y/o instrumentos fiscales de control (IFC) y servicio de trazabilidad, Producción de pasaportes; elaboración de chapa patente de vehículos y los servicios de atesoramiento y destrucción de billetes a favor del BCRA

De hecho, funciona en la sede central de CDM una nueva bóveda para resguardar el dinero físico. Voceros consultados de los gremios sostienen que esta esquematización coincidiría con los planes de refuncionalización de la empresa, subdividiéndola en base a sus trabajos. 

Así y todo, la capacidad de expandir sus actividades hacia la seguridad digital, las validaciones, la trazabilidad y las plataformas transaccionales añade una capa de valor fundamental en el contexto de la modernización del Estado y la digitalización de procesos. Más aún, se convierte en un eslabón estratégico para la gobernanza digital y la interacción del Estado con ciudadanos y empresas.

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