

Domingo Cavallo, ex ministro de Economía durante el gobierno de Carlos Menem y también de Fernando De la Rúa, compartió su análisis sobre la coyuntura actual económica y pronosticó un duro escenario para laArgentina.
"Los rasgos cada vez más acentuados de la estrategia económica de mediano y largo plazo, inspirados mucho más en la ideas del gobernador Axel Kicillof, ideólogo económico del kirchnerismo, que en las del ministro Martín Guzmán,consolidan una tendencia al estancamiento persistente con inflación crónica,algo que bien puede denominarse 'estanflación secular'", sostuvo el economista este jueves en una columna compartida en su blog.
Según enumeró, los rasgos más notables de dicha estrategia son: "el encerramiento comercial y financiero de la economía, la creciente estatización de sectores productivos, el persistente intervencionismo gubernamental en los mercados en los que operan las empresas que siguen siendo privadas, la cada vez más acentuada presión impositiva, el creciente gasto público y la despreocupación por el ritmo de aumento de la emisión monetaria y de deuda interna".
El ideólogo del plan de convertibilidad en la década del '90 señaló que la aplicación de la mencionada estrategia preanuncia que "la estanflación continuará por muchos años y tenderá a constituirse en un caso raro a escala internacional, de estancamiento secular con inflación crónica".
Y en esa misma línea resaltó: "Todos los fenómenos de estancamiento secular observados en el resto del mundo, en particular en las economías avanzadas, han estado asociadas a fenómenos de deflación,pero nunca a fenómenos de inflación crónica".

"Es difícil imaginar cómo y cuándo puede comenzar a revertirse este deprimente panorama", lamentó, y agregó que "Sin duda, requerirá una granderrota política del kirchnerismo,pero eso no será garantía de que un nuevogobierno consiga las condiciones políticasy la inteligencia estratégica para producir los cambios con una secuencia e intensidad que conciten el apoyo popular imprescindible para asegurar su sostenibilidad en el tiempo".
Para Cavallo, la pandemia -además de su costo en término de vidas y desarticulación de las economías- "está influyendo en el campo de las ideas económicas en una dirección que puede llevar a la dirigencia argentina, no sólo a la del kirchnerismo, a creer que recobran vigencia las prácticas fuertemente intervencionistas en todas las economías del mundo y que el expansionismo fiscal y monetario no sólo no es peligroso, sino necesario para asegurar crecimiento de la demanda y del nivel de ocupación".
Ese fenómeno, en una economía con los desajustes macroeconómicos y estructurales de Argentina,se constituirá en un factor perturbador del diseño de las reformas necesarias y dificultará las disciplinas imprescindibles para remover la inflación de la economía, aseveró el ex funcionario. Y en ese sentido advirtió: "si no se logra erradicar la inflación, pensar en revertir las causas del estancamiento secular se transformará en una quimera".
Estancamiento secular originado en las restricciones de oferta
Las alertas sobre el riesgo del estancamiento secular que viene haciendo desde algunos años Larry Summer para la economía global, se basan en un fenómeno de deficiencia keynesiana de demanda efectiva por lo que está asociado a la tendencia a la deflación que viene preocupando a los países avanzados desde la crisis global del 2008.
La tendencia al estancamiento secular que se perfila en la economía argentina como consecuencia de la estrategia de mediano y largo plazo inspirada en las ideas de Kicillof, es de naturaleza opuesta a la que predice Larry Summer para los países avanzados.
En nuestro caso, el estancamiento se originará en restricciones de oferta derivadas de las trabas comerciales, financieras y regulatorias a la producción y a la ausencia de inversiones productivas. Las medidas que se adopten para mantener elevado el nivel de la demanda efectiva, sólo producirán creciente inflación y no ayudarán al crecimiento sostenido de la economía. Por eso, será un caso raro, a nivel internacional, de estancamiento secular con inflación crónica, que bien podría denominarse "estanflación secular".
A la dirigencia política argentina le resultará tan difícil encontrar la salida a la "estanflación secular" que lo que le resultó encontrar la solución al estancamiento de las décadas que precedieron a la hiperinflación de fines de los 80s y principios de los 90s. Puede ocurrir que la solución solo se encuentre después de una nueva hiperinflación.












