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"Estamos con una economía en crecimiento, pero con incógnitas sobre su futuro inmediato": con un mercado laboral que se recompone, pero al que no le está siendo fácil volver a los niveles prepandemia, y con una coalición de Gobierno que tuvo dificultades para mostrarse unificada en torno a una estrategia sostenible para abordar las grandes complicaciones macroeconómicas, laborales y sociales.

Así lo indicó un nuevo informe elaborado por el Centro de Capacitación y Estudios sobre Trabajo y Desarrollo (CETyD) y la Escuela Interdisciplinaria de Altos Estudios Sociales (IDAES) de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM).

De acuerdo con el estudio, "construir una segunda etapa superando la crisis" sanitaria y económica, y mejorando los indicadores sociales y laborales, es ahora el principal objetivo del Gobierno.

El trabajo destacó que "la recuperación de la actividad durante los últimos meses fue más acelerada que lo previstoy el empleo formal,de forma más paulatina, acompaña ese proceso".

empleo registrado

El empleo formal en el sector privado continúa recuperándose, aunque aún sigue por debajo de los niveles previos a la pandemia. A su vez, las expectativas de los empresarios respecto de la evolución del empleo están en proceso de leve mejora. No obstante, "determinadas variables macroeconómicas arrojan cierta incertidumbre sobre lo que habrá de ocurrir durante los próximos meses".

Por su parte, los salarios en blanco y bajo convenio "se encaminan a romper la tendencia a la baja que atraviesan desde 2018 y, por primera vez en cuatro años, posiblemente superen a la inflación en diciembre de 2021", aseguran los economistas, aunque hay otros más escépticos que ya vaticinan una nueva pérdida.

Más allá de que durante los primeros meses de 2021 el aumento de los precios fue considerablemente superior al de los salarios, esa relación se fue emparejando a partir del inicio del segundo semestre del año y -tanto en agosto como en septiembre- la variación interanual de las remuneraciones de los asalariados formales del sector privado fue superior a la de la inflación.

Pese al eventual cambio de tendencia que podría producirse este año en la relación entre precios y salarios, "la recuperación no podría calificarse más que como incipiente teniendo en cuenta la evolución que atravesó el poder adquisitivo de los ingresos de los trabajadores desde fines de 2017". Entre agosto de ese año y diciembre de 2020, el salario real se redujo 20%. "Desde entonces y hasta el mes de septiembre de 2021, apenas se recuperaron 2 puntos de esa marcada contracción", detalló.

"La prolongación de ese estado de situación durante los próximos dos años tendría efectos económicos y sociales preocupantes -advirtió-. Y la derivación política de esta realidad podría ser la de una oportunidad perdida para una coalición que asumió con el mandato de mejorar las condiciones de vida de la población y el desafío de abordar los problemas estructurales desde una perspectiva que concilie las necesidades de la macroeconomía con el bienestar social".

Tal vez, estimó, el mensaje de las urnas sea el puntapié para construir una segunda etapa en la que la política se libere un poco de los condicionamientos: de la pandemia, de la crisis de los años previos, del FMI. Y evaluó: "El progresivo mejoramiento de las condiciones de vida podría ir reconstruyendo ese horizonte de expectativas que las elecciones demostraron que aparece como muy difuso en buena parte de la población".

La situación de la economía: recuperación más rápida que lo previsto

En los dos últimos meses la recuperación de la actividad se mantiene firme, incluso superando las expectativas planteadas en Presupuesto 2022, que anticipó un crecimiento del 8% para 2021. De este modo, los datos del EMAE alcanzaron en agosto un nivel superior a la prepandemia. Los aportes de la industria manufacturera y de la construcción siguen siendo claves en la recuperación, aunque en los últimos meses gana relevancia el aporte de los servicios.

"Las perspectivas de cara a los próximos meses vaticinan la continuidad en el proceso de recuperación con un sesgo creciente en la relevancia de los servicios", indicó el informe, al tiempo que añadió: "Se espera que sean las actividades más rezagadas por los efectos de los límites y restricciones a la movilidad las que lideren el crecimiento en el último trimestre".

Por su parte, la dinámica de precios se mostró decepcionante respecto de las proyecciones de desaceleración del Gobierno. En septiembre, precisó el estudio, la variación del IPC se aceleró 1 p.p. y alcanzó una suba mensual de 3,5%, acumulando 37% en lo que va del año y 52,5% respecto del mismo mes del año pasado.

"La aceleración de precios ocurre a pesar del sostenimiento del rezago en las actualizaciones del tipo de cambio oficial y las tarifas de servicios públicos", señaló, a la vez que sostuvo que "estas circunstancias desataron un intenso debate respecto de las causas y estrategias para encausar la dinámica de precios".