

El choque de trenes del domingo por la noche en Temperley generó 40 heridos y una fuerte conmoción social, pero su impacto político, en un año electoral, parece trascender todavía más. Quien busca asimilar el golpe es el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, que ayer denunció un sabotaje al Gobierno y a su precandidatura presidencial.
"No creo en las casualidades, creo en las causalidades. Estamos a 24 horas de un paro, que ha sido convocado por los gremios del transporte", señaló el ministro en conferencia de prensa en Casa Rosada. Además, subrayó que "si hay una mafia (detrás de este hecho), que vaya presa". Sobre el hecho, identificó a Diego Sánchez, con ocho años de antigüedad, y Nicolás Navarro, como los conductores que "inician la marcha del tren con todas las señales rojas", mientras que Pablo Mariscal 12 años de antigüedad "estaba haciendo maniobras para acoplarse a una formación", cuando fue la colisión.
El ministro difundió en la conferencia un audio, en el que se escuchan voces de alerta, pidiendo que se detenga el tren, y señaló que la formación "hizo caso omiso" a los avisos, porque "ignoró las advertencias de las luces y de la cabina" y que "salió un minuto antes de lo previsto".
Randazzo fue más allá al señalar que "hay sectores que están dispuestos a cualquier cosa. Me cuesta creer que no esté el gremio de La Fraternidad atrás de esto". "Los hechos son demasiado contundentes y objetivos. Me gustaría escucharlos, explicando esto que ocurrió. Que pongan la cara y le expliquen a la gente", reclamó el ministro.
No creo en brujas, pero que las hay, las hay. Yo no tengo compromisos con nadie. A los que se oponen les decimos que no nos van a parar", cerró.
Más allá de la responsabilidad del caso, el presupuesto que el Gobierno nacional destina mensualmente al mantenimiento del ferrocarril Roca, donde se produjo el siniestro, resulta inferior al de otras áreas de gestión vinculadas a la difusión de los actos de Gobierno o el Fútbol para Todos, por ejemplo, ambos programas destinados, en buena parte, a difundir el relato oficial en un año de campaña como 2015.
De acuerdo a datos del propio Ministerio del Interior y Transporte, al Roca se le pagaron en enero y febrero $ 272,8 millones y $ 255,4 millones, sumando un global de $ 528,2 millones en gastos de infraestructura, personal y de operación. Siguiendo esa tendencia, se presume que en los primeros cinco meses del año se girarán al Roca unos $ 1300 millones. En ese lapso, la Jefatura de Gabinete envió $ 922 millones al programa Prensa y Difusión de actos de Gobierno, y $721 millones al Fútbol para Todos; unos $ 1643 millones globales, por encima de lo presupuestado para el Roca. Por mes, entre los dos, se gastan más de $328 millones.
Otro dato representativo de cómo se ejecuta el gasto oficial es que el decisivo programa "Formulación y Ejecución de Políticas de Transporte Ferroviario" sólo lleva utilizados el 16,55%. Prensa y Difusión de actos de Gobierno, por el contrario, ya tuvo una reasignación de partidas y, si se tuviera en cuenta su presupuesto original, en cinco meses ya habría consumido el 80% de los fondos.












