

El presidente Alberto Fernández convocó este viernes a la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación a través del Decreto 91/2023 publicado en el Boletín Oficial bajo su firma y la de Agustín Rossi, jefe de Gabinete.
Tal como se realiza año a año, Diputados y Senadores volverán al esquema ordinario de sesiones a partir del próximo miércoles 1° de marzo, con el acto de apertura a realizarse a partir de las 11 horas.
Así, "en uso de las facultades conferidas por el artículo 99 inciso 8 de la Constitución Nacional", el Presidente decretó "la apertura de las Sesiones Ordinarias del Honorable Congreso de la Nación correspondientes al año en curso" para "el día 1° de marzo próximo a las 11:00 horas".
Según lo dispuesto por la Constitución, las sesiones ordinarias se deben extender entre el 1° de marzo y el 30 de noviembre de cada año, con la posibilidad que el primer mandatario solicite la apertura de sesiones extraordinarias para tratar cuestiones específicas presentadas por el Ejecutivo.

Pese a que este Fernández efectivamente llamó a extraordinarias durante el verano, sesiones que culminarán este 28 de febrero con poco resultado, con un acto institucional en el que el Senado ratificó a sus autoridades para este año. La Cámara Alta, por ejemplo, nunca sesionó debido a la falta de quórum.
Así, de alrededor de 30 proyectos propuestos por el Ejecutivo para el período de extraordinarias, ninguno fue aprobado, entre ellos la creación de nuevas universidades nacionales, la Ley de Fomento al Desarrollo Agroindustrial, la Ley Lucio, la cual apunta a detectar y prevenir la violencia sobre niños; y la Ley de Alcohol Cero al Volante, entre otras cuestiones de índole social y económico.
La breve sesión en la que el Senado ratificó a sus autoridades para el 2023 y cerró las sesiones ordinarias no fue presidido por su titular, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, sino por su suplente: Claudia Ledesma.
Antes de la finalización de este período, el Frente de Todos pretendía desarrollar una sesión doble para definir autoridades y, luego, progresar en la agenda de temas consensuados.
Sin embargo, el oficialismo no obtuvo el número mínimo para abrir el debate en el recinto. Si bien voces del oficialismo apuntaron contra Juntos por el Cambio por el quorum, lo cierto es que la ruptura del bloque del Frente de Todos en la Cámara Alta fue el gran enemigo de la jornada: de ahora en adelante, Kirchner se deberá alinear al nuevo bloque de Unidad Federal, el cual sorpresivamente se desprendió del Gobierno este miércoles, para lograr el quorum que previamente tenía asegurado.
Ahora, tras la ruptura del Frente de Todos, este queda constituido como un interbloque de 31 senadores divididos en dos bancadas: el Frente Nacional y Popular, con 19 legisladores, y Unidad Ciudadana, integrado por 12.













