Dada una proyección de gasto primario nacional para 2025 y un supuesto de incremento real interanual del gasto primario provincial y municipal del 9% (según proyección con estacionalidad en base a los datos disponibles del primer semestre), es posible obtener una medida del gasto primario consolidado de los tres niveles de gobierno en términos del PBI. Es importante mencionar que la consolidación requiere detraer correctamente las transferencias intergubernamentales.
Con estos supuestos, el gasto primario consolidado alcanzaría el 31,4% del PBI en 2025, lo que implica un nivel 0,15 puntos porcentuales (p.p.) del PBI menor al del año 2024. La particularidad es que, mientras el gasto primario nacional tendría una baja de 0,74 p.p. del PBI, el provincial y de CABA subiría 0,45 p.p. del PBI y el municipal aumentaría 0,11 p.p. del PBI.
Respecto al año 2023, el gasto primario consolidado de 2025 tendría un descenso de 6,5 p.p. del PBI, dadas unas bajas de 5,1 p.p. del PBI del gasto nacional, de 1,1 p.p. del PBI del gasto provincial y de 0,3 p.p. del PBI del gasto municipal.
En relación a la estructura del gasto consolidado de los últimos 3 años, puede apreciarse que el gasto nacional, de participar con el 52% en 2023, pasaría a hacerlo con el 46% al finalizar este año. Por su parte, el gasto provincial tuvo una participación del 39% en 2023 y tendría una del 44% en 2025. Por último, el gasto municipal tuvo una participación del 9% en 2023 y tendría una del 10% en 2025.
Si se analiza el gasto consolidado argentino de los últimos 33 años, se tiene que el peso relativo actual estaría un punto porcentual del PBI arriba del correspondiente al del año 2008, año previo a un salto del peso relativo del gasto. Y con relación al peso relativo máximo del año 2015, la baja sería del orden de 10 puntos porcentuales del PBI, con los tres niveles registrando un descenso. Con relación a la intensidad de la baja, se tiene que el peso relativo del gasto nacional bajaría un 34,6%, el peso relativo del gasto provincial un 13% y el peso relativo del gasto municipal un 12%.
Gasto público nacional en pesos constantes
El gasto primario nacional anual de 2025 tendría un descenso de $50 billones en moneda de noviembre de 2025, en comparación con el gasto realizado en 2023. En términos de variación porcentual, la caída sería del 27%, es decir del orden de la cuarta parte.

Dentro del gasto primario, si se busca evaluar la intensidad de la caída, los gastos con mayor descenso en términos de variación porcentual serían las transferencias de capital a provincias (-93,8%), los subsidios a otras funciones (-83,9%) y la inversión real directa (-73,5). En el caso de las transferencias a las provincias, el año 2025 terminaría con un nivel equivalente al 6% del nivel de 2023. En el de la inversión real directa, lo ejecutado en 2025 sería equivalente a la cuarta parte del año 2023.
El gasto salarial tendría un descenso real interanual del 26%, originado tanto en una baja de la planta física como del poder adquisitivo.
Por otro lado, el gasto en prestaciones del INSSJP (PAMI) se mantendría prácticamente constante, mientras que el gasto en asignación universal para protección social tendría un incremento del 70% y sería el único gasto con incremento.
Si el análisis se focaliza en el monto de dinero reducido, el gasto con mayor descenso sería el de programas sociales, donde se incluye el bono dado a jubilados y pensionados entre otros, con una baja de $10,5 billones en moneda de noviembre 2025, seguido por subsidios a la energía con $8,8 billones e inversión real directa con $8,3 billones.
El gasto salarial se ubicaría en cuarto lugar, con una merma de $6,3 billones. En quinto lugar se ubicarían las transferencias de capital a las provincias y CABA, con $4 billones.
Por su parte, el incremento del único gasto que subiría, el de asignación universal por hijo, sería de $2,7 billones.
La situación de cara al año 2026
Para el año 2026, cuyo presupuesto ya cuenta con media sanción de Diputados, el gobierno nacional espera sostener el superávit fiscal, surgiendo dos desafíos fiscales recientes. Por el lado del proyecto de modernización laboral, la baja de impuestos incorporada implica una baja de recursos de corto plazo. Por el lado de Diputados, el rechazo al artículo que derogaba las leyes relacionadas con la discapacidad y con las universidades nacionales, lógicamente implican un aumento relativo del gasto. Sería ideal que la ley de presupuesto que se termine sancionando cuente con los elementos necesarios para brindar previsibilidad tanto por el lado del gasto como de los ingresos.











