

Estaba todo acordado, hasta el texto del decreto. Sin embargo, el acuerdo entre empresarios, gremios y el Gobierno para que los trabajadores del sector privado reciban un bono de $ 5000 por fin de año quedó esta tarde al borde de la ruptura.
Lo que le metió suspenso a una medida que ya se consideraba absolutamente confirmada fue un párrafo que se incluyó en la redacción del decreto –aún no oficializado- por pedido de la Unión Industrial Argentina (UIA).
Esas líneas de texto permitirían que el bono pueda tomarse a cuenta de futuros aumentos en las futuras paritarias. La CGT rechaza esa posibilidad y amenazó con confirmar el paro que había quedado en suspenso si no sacan ese párrafo del decreto.
Tal como había anticipado El Cronista, el Gobierno negoció con los sindicatos y las centrales empresarias un bono de $ 5000 por fin de año como respuesta a la situación económica.
Lo que está previsto es que el mismo se pague en dos partes: $ 2500 con el sueldo de noviembre y los otros $ 2500 con el de enero.
El bono, además, sería obligatorio: lo tendrán que pagar todas las empresas privadas, aunque las compañías que estén en problemas financieros podrían tener algún tipo de beneficio, como la posibilidad de distribuir los $ 5000 en más tramos.
El beneficio, en cambio, no corre para el sector público.














