

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner recibió hoy a la Fragata Libertad con un encendido discurso en el que incluyó fuertes alusiones de contenido nacionalista y patriótico, al tiempo que aprovechó para reivindicar sus políticas, en particular las que el Gobierno considera han implicado un “desendeudamiento”.
Según la Presidenta “escuchamos el clamor de nuestro pueblo”, al lograr el retorno de la embarcación, que quedó varada en un puerto de Ghana, en Africa, como consecuencia de un embargo trabado por un fondo buitre, tenedor de títulos de deuda argentina que no entraron en las dos reestructuraciones que realizó la Argentina después de la caída en default.
De acuerdo a la jefa del Estado la recuperación del navío en el que tienen su viaje de instrucción los guardiamarinas de la Armada Argentina se logró “sin pagar a los fondos buitre lo que no tienen derecho a cobrar”, para lo cual su Gobierno “no escuchó ni a los buitre de allá, ni a los caranchos de acá”, quienes “querían que nos arrodilláramos”.
Cristina específicó que “quienes querían que nos entregáramos, son los mismos que endeudaron al país”. A partir de ese momento, la Presidenta se concentró en diferenciar su Gobierno de los precedentes en materia de endeudamiento externo. Recordó que los dos ciclos de mayor endeudamiento de la Argentina fueron el que va de 1978 a 1983, cuando gobernaba el país la dictadura militar, y el que va de 1991 a 2001, que incluye los dos mandatos de Carlos Saúl Menem y luego el malogrado gobierno de Fernando De la Rúa. En cambio, dijo que en la gestión de su fallecido marido, el ex presidente Néstor Kirchner, y el de ella, se logró reestructurar la deuda en default con “importantes quitas”, tras lo cual advirtió que ahora su administración paga los compromisos generados por esos planes “sin pedirle un peso a nadie.
En ese sentido, y para fustigar a los fondos buitre, cuyas acciones pusieron al país al borde del default técnico, recordó que en 2012 la Argentina pagó 11.000 millones de dólares por servicios de la deuda, y que “el último vencimiento, el de diciembre, constituye el mayor pago a tenedores privados del año 2001 a la fecha”.
Fernández de Kirchner siguió cargando las tintas contra los fondos buitre, al calificarlos de "depredadores sociales globales", al tiempo que reivindicó que su gobierno "está acostumbrado a resistir presiones externas, internas, globales y planetarias (sic)", hiperbolizó.
Hacia el final de su discurso la primera mandataria se concentró en profundizar el contenido fuertemente nacional y patriótico del acto de recibimiento de la Fragata Libertad. Escogió personajes y fragmentos de la historia argentina relacionados con actos de coraje y resistencia, como aquella frase de San Martín en la que prócer advirtió que "cuando ya no nos quede nada, seguiremos peleando en pelotas como los indios". O aquella del almirante Guillermo Brown, considerado padre de la Armada Argentina, quien sostuvo en medio de una batalla que "era preferible enviar un barco a pique antes que arriar el pabellón nacional".
En referencia a las críticas que recibe por el tono confrontativo de su discurso, la jefa del Estado dijo que "sería muy lindo caerle bien a todo el mundo", pero "a veces tenemos que tomar decisiones que no conforman a todos", lo que remató con la aclaración de "soy como ven, de una sola pieza".
“Por la extorsión y por la fuerza nadie va a obtener nada de la República Argentina”, advirtió.













