

El presidente del Banco Central (BCRA), Alejandro Vanoli, le dijo a El Cronista que tiene la intención de permanecer al frente de la entidad hasta diciembre de 2019, pero la normativa que rige el período que pasa un funcionario al frente de la entidad es difusa. Existen argumentos que un nuevo Gobierno que no congeniara con el funcionario designado por el kirchnerismo podría utilizar para sostener que su mandato, en realidad, se vence en diciembre de 2016.
La Carta Orgánica del BCRA establece que los miembros del directorio de la entidad, presidente incluido, duran en sus cargos 6 años tras ser designados por el presidente de la Nación con el acuerdo del Senado.
La norma no establece absolutamente nada respecto a cómo se computan esos seis años, pero históricamente los usos propios de la entidad han sido que los períodos de seis años se computen de corrido, independientemente del momento en el cual un funcionario fuera designado.
A principios de 2010, el Gobierno intentó apartar a Martín Redrado de la presidencia del Banco Central con un decreto y un dictamen de comisión. Pero la medida fue dejada sin efecto por la jueza en lo Contencioso Administrativo Federal María José Sarmiento en una decisión que luego fue confirmada por la Cámara. Finalmente Redrado renunció al cargo, pero sólo tras haber sido repuesto por orden judicial. Tras su salida, el decreto 513 designó a Mercedes Marcó del Pont como presidenta "para completar un período de ley".
La semántica entrecomillada es importante. Lo que la entonces presidenta del BCRA debía completar era el mandato de Redrado, que venció en septiembre de ese año. Tras vencerse ese período de seis años, el pliego de Marcó del Pont fue vuelto a enviar al Senado, pero nunca fue aprobado.
La ex funcionaria condujo al BCRA hasta el 23 de noviembre de 2013, pero sin acuerdo del Senado. La Carta Orgánica de la entidad permite esto en forma temporal, "durante el tiempo que insuma el otorgamiento del acuerdo del Senado de la Nación", situación que en ese entonces se mantuvo por tres años (en la actualidad, varios directores del BCRA siguen en ese limbo).
El sucesor del Marcó del Pont, Juan Carlos Fábrega, fue designado con acuerdo del Senado el 16 de diciembre de 2013 por el decreto 2149 "para cumplir un período de ley". La palabra cumplir reemplaza completar.
Vanoli, por su parte, fue designado "para completar, un período del ley".
La diferencia entre cumplir y completar, argumentan voceros del BCRA, es la que sostiene que el mandato de Vanoli dura hasta 2019 porque completaría un período iniciado por Fábrega en diciembre de 2013. Los tres años de Marcó del Pont "en comisión", en cambio, no serían parte de un mandato.
Tres ex altos funcionarios del BCRA y un experto en cuestiones administrativas propias de la entidad, que prefirieron guardar el anonimato, fueron consultados por El Cronista. Los tres señalaron que aunque no se trata de una cuestión de ordenamiento jurídico sino de usos y costumbres administrativas, hasta la salida de Redrado los mandatos de los miembros del directorio de la autoridad monetaria se cuentan en forma consecutiva. Si, por ejemplo, una silla del directorio queda vacía tres años, quien la ocupa pasa sólo los tres años restantes. Para extender ese plazo se necesita una nueva designación. Así, Vanoli estaría completando el mandato que inició en comisión Marcó del Pont y que vencería en septiembre de 2016.
Más allá del debate por el mandato, el Gobierno que surja de las próximas elecciones tendrá una vía fácil y ya usada en la salida de Redrado, para reemplazar al presidente del BCRA en caso de desearlo: a través de un decreto presidencial previo consejo de una comisión bicameral de Presupuesto, Hacienda y Finanzas.
Esa comisión debería argumentar alguna inconducta, como por ejemplo, el incumplimiento de algunos de mandato de la Carta Orgánica.













