

La estatal YPF adquirió por u$s 122 millones el 50% de las acciones de Petroken y el 46% de Petroquímica Cuyo, dos compañías dedicadas a la producción y comercialización de polímeros, especialmente polipropileno. A través de un comunicado oficial remitido a la Comisión Nacional de Valores (CNV), la petrolera informó ayer que "la operación está sujeta al cumplimiento de ciertas condiciones precedentes y se espera que su cierre se concrete antes de fin de año". "YPF pagará aproximadamente u$s 122 millones por ambas participaciones y quedará como socio del Grupo Inversor Petroquímico (GIP) con quien pasará a controlar, en partes iguales, el 100% de Petroken y el 92% de Petrocuyo", detalló el comunicado. En concreto, el monto pagado por Petroken asciende a u$s 72 millones, mientras que lo abonado por Petrocuyo alcanza los u$s 50 millones.
Según pudo saber El Cronista, gran parte de la adquisición que hace dos semanas estaba esperando ser aprobada en el directorio de YPF, pero que se postergó hasta ayer fue financiada por HSBC, entidad financiera que en el último tiempo ha sido blanco de fuertes críticas del gobierno de Cristina Kirchner, en el marco de la causa que investiga las cuentas no declaradas en la filial suiza del banco. Los detalles de la financiación se desconocen.
Petroken Petroquímica Ensenada (PESA), ubicada en las afueras de La Plata, es controlada hasta el momento por el grupo holandés LyondellBasell, que es el mayor productor de polipropileno de la Argentina, con una capacidad instalada de 180.000 toneladas anuales. Petroquímica Cuyo, en tanto, es una compañía local del grupo Sielecki, en Luján de Cuyo, Mendoza, controlada por GIP, y cuenta con una planta de polipropileno capaz de producir 130.000 toneladas anuales.
El presidente y CEO de YPF, Miguel Galuccio, sostuvo que "el sector petroquímico tiene enorme potencial en la Argentina y forma parte de la estrategia de crecimiento de YPF en un sector de gran competencia regional" y que "esta adquisición está en línea con nuestra estrategia de seguir construyendo una compañía integrada, comprometida con la industrialización y el valor agregado de nuestra producción". La empresa indicó que "YPF es productor de materias primas básicas, intermedias y especialidades de la industria petroquímica argentina" y que "cuenta con tres complejos industriales integrados operativamente con sus tres refinerías" ubicadas en La Plata, Plaza Huincul y Luján de Cuyo.
El comunicado, además, puntualiza que "con el propileno se produce polipropileno, que es un insumo básico de la industria del plástico, donde participan más de dos mil pymes que generan más de 30 mil empleos directos en el país". Se utiliza para la elaboración de una amplia variedad de productos, tales como: cañerías, tapas de botellas, envases de comida, paragolpes de autos, entre muchos otros. "Con esta compra, YPF vuelve a un segmento estratégico del sector petroquímico, del cual participó hasta la decisión de retirarse del mercado entre los años 2004 y 2005", consignó la empresa, que agrega que "la capacidad de volver a industrializar el propileno le permite a YPF agregar valor a este producto y beneficia al país con el efecto multiplicador que la petroquímica genera en la economía".
La operación no sería la última que concretaría YPF este año. Por estos días, y a través de una jugada muchísimo más ambiciosa, Galuccio está negociando quedarse con los activos que Petrobras tiene en el país y puso en venta. El ejecutivo de YPF considera estratégica la adquisición de los activos de la brasileña, ya que le asegura un incremento exponencial en el negocio de las naftas. Es que, de acordar, pasará a controlar el 63% del expendio. Además, podrá sacar rédito de una refinería clave para cuando termine de consolidarse el negocio de los no convencionales en Vaca Muerta. Sin embargo, es una operación mucho más costosa que estas dos últimas y costaría unos u$s 1500 millones.













