El presidente Javier Milei cerró ayer la campaña de La Libertad Avanza en territorio bonaerense con un acto colmado de polémicas, desde los conflictos por la elección del lugar, la organización de la seguridad y la cantidad de gente presente.

El discurso presidencial fue variado, incluyó la defensa sobre la figura de su hermana Karina, la secretaria General que está señalada por presuntos actos de corrupción en investigaciones periodísticas y, además, sobre la importancia de las elecciones del domingo: "El kirchnerismo se está jugando sus últimas balas en estas elecciones", dijo.

Sin embargo, una frase generó un eco en los más memoriosos. Milei estaba arengando a sus seguidores a votar y lo hizo con una frase de aritmética peronista: "Porque cada bonaerense honesto que no va a votar, sí va a ir a votar un ñoqui, va a votar un piquetero, votan militantes pagos o hasta votan los presos. Por lo tanto, por cada uno de nosotros que se queda en casa, van a ir cinco de ellos".

Hace tan sólo cuatro días se cumplieron 70 años de que la frase "cinco por uno" fuera el cierre de un recordado discurso de Juan Domingo Perón.

Tal como ayer, el 31 de agosto del 55 fue un día frío en Buenos Aires. Tal como ayer, el presidente habló al caer la tarde. Los escenarios fueron distintos: Perón, con 10 años en el poder, habló desde el balcón de la Casa Rosada; Milei lo hizo en un escenario improvisado en el corazón del conurbano, en un distrito históricamente peronista.

Aquel discurso, el de hace siete décadas atrás, fue la respuesta en palabras del líder justicialista a los bombardeos a la Plaza de Mayo que habían dejado centenares de muertos en junio de ese año.

La espiral de violencia sólo se aceleraba: incluiría los sucesos conocidos como la noche de la quema de las iglesias y, dos semanas más tardes, el 16 de septiembre, el golpe de estado que terminaría con el gobierno de Perón.

"La consigna para todo peronista, esté aislado o dentro de una organización ¡es contestar a una acción violenta con otra más violenta! ¡Y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de los de ellos!", dijo Perón para cerrar su discurso.

Las crónicas periodísticas afirman que la Plaza respondió: "Cinco por uno, no va a quedar ninguno".

Ayer, Milei, aplicó la misma regla numérica, pero invertida: habrá cinco votos peronistas por cada seguidor libertario que se quede en su casa.

Pero más allá de la coincidencia en las proporciones y la fecha casi exacta, digna de una efeméride, Milei también enciende sus discursos en los que construye antagonismos excluyentes: ha usado reiteradamente frases como "terminar con" y, de hecho, el slogan político de su campaña en provincia de Buenos Aires es "Kirchnerismo nunca más".

Matías Bianchi y María Esperanza Casullo publicaron un informe que se nutre de las ideas publicadas por Steven Levitsky and Daniel Ziblatt en "How Democracies Die" y señalan que "Milei caracteriza a sectores sociales enteros como comunistas, socialistas, colectivistas, criminales, parásitos o adoctrinadores de jóvenes".

"Este antagonismo maniqueo es central en la negación de la legitimidad de sus oponentes políticos; y constituye uno de los criterios de riesgo autoritario identificados por Levitsky y Ziblatt", afirman.

Aunque la violencia política no es exclusiva del período libertario, ayer el presidente -mientras el periodista era agredido en las afueras del acto- fue en la línea de negación de sus rivales: "Por eso no hay medias tintas ni terceras vías en este camino. Tenemos que decir: kirchnerismo, nunca más. Y la única alternativa con la fuerza para derrotarlos ¡es La Libertad Avanza!", dijo.