El Gobierno se jugó varios plenos para normalizar la situación financiera. Primero, anunciaron la baja de retenciones para los granos hasta el 31 de octubre. Después, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, aseguró que trabajan en un respaldo para Argentina. Las expectativas se concentran en que el Gobierno gana aire hasta octubre, y se pavimenta el camino para un nuevo esquema cambiario. "Cualquier apoyo del Tesoro es una muy muy buena noticia", deslizó una alta fuente del Ministerio de Economía. Las reacciones del mercado avalaron esta tesis. La directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, celebró el respaldo del Tesoro y analizó que esto "subraya el papel crucial de los socios en la promoción de políticas sólidas de estabilización y crecimiento en beneficio del pueblo argentino". El apoyo del FMI a las declaraciones de Bessent no es menor, ya que una de las alternativas de financiamiento que tiene el Tesoro sería a través de los Derechos Especiales de Giro (DEG) que tiene en su haber Estados Unidos, principal accionista del FMI. Entre los activos que integran el Fondo de Estabilización del Tesoro, u$s 173.700 millones se componen de Derechos Especiales de Giro. En este sentido, Mark Sobel, exfuncionario del Tesoro de Estados Unidos, deslizó que "los programas de estabilización del Tesoro usualmente son un puente para los dólares del FMI". La eliminación de las retenciones a todos los granos y la carne avícola y bovina hasta el 31 de octubre se espera "generar mayor oferta de dólares". Desde el equipo económico no quisieron arriesgar sobre el costo fiscal ya que consideran que dependerá de qué granos se liquiden para determinar cuál es la pérdida en recaudación por retenciones. Estimaciones privadas indican que el costo de la medida rondará el 0,2% del PBI, la mitad del superávit financiero acumulado en los primeros ocho meses del año (0,4%). Tras el anuncio de la eliminación sobre los granos, Adorni aseguró que "el equilibrio fiscal no se negocia". El mercado compartió la apreciación sobre las "buenas noticias" y revirtió una semana negra. El dólar mayorista tuvo una fuerte baja de más de $60 y cerró el lunes a $1408. El resto de los dólares siguieron esa lógica y también marcaron bajas contra los niveles del viernes. El riesgo país retrocedió de los 1500 puntos que tocó la semana pasada y cerró en 1105. En el Palacio de Hacienda vieron con alivio la reacción de las variables en las primeras horas de la mañana. El Banco Central no intervino después de tres ruedas en las que se desprendió de u$s 1110 millones para defender el techo de la banda. Las primeras reacciones dan cuenta de que el Gobierno gana aire con el anuncio y seis meses con mayor estabilidad, más explicado por el respaldo del Tesoro que por el financiamiento en sí mismo. Para Pedro Martínez Gerber, de la consultora PxQ, los anuncios van en dos sentidos. Por un lado, el de retenciones "juega en lo cambiario, porque busca aumentar la oferta de divisas" y sirve para aplacar la volatilidad. Sin embargo, advirtió que no es una "buena señal desde el punto de vista de la sostenibilidad, porque muestra que se quedaron sin dólares y que están buscando una fuente alternativa". Por el otro, el anuncio del Tesoro de Estados Unidos sirvió en el frente de las expectativas, lo que se vio en la reacción de los bonos y las acciones. Juan Pablo Ronderos, socio de MAP, destacó que estas medidas son "extraordinarias" porque no estaba en el radar la contundencia que tendrían, y subrayó que "despejan las dudas respecto de que el Gobierno va a poder llegar a octubre" con más margen. "Creo que disminuye las preocupaciones que generaban los pagos de los próximos años, un tema relevante del price action de los últimos días", marcó Pedro Siaba Serrate, jefe de investigación de Portfolio Personal de Inversiones. Además, considero que este shock de confianza positivo suaviza las preocupaciones y deja de un lado el pánico que se había despertado en las últimas ruedas. Para Claudio Caprarulo, director de Analytica, ambas medidas apuntan a dar la señal de que el Gobierno contará con más dólares en el corto plazo y que "eso puede permitirle sostener el esquema de bandas hasta las elecciones". Después de octubre es otro cantar. Para Ronderos "sigue la necesidad de hacer cambios" pero con mejores condiciones de las que se proyectaban. "Aprovechando esta ventana de oportunidad extraordinaria que se abre para el Gobierno, podrían cambiar el régimen cambiario e ir a un esquema más sustentable con mucho menos costo. Esto lo pone en un mejor lugar, porque no nos imaginamos un overshooting grande en el tipo de cambio". "Tras estas 5 semanas, las elecciones de medio término serán el catalizador fundamental para los próximos dos años políticos por delante de la administración. Este anuncio no deja de ser un "puente" para llegar en mejor forma a las elecciones de octubre. Habrá que ver los detalles del programa en los próximos días", agregó Siaba Serrate. En el mismo sentido, Caprarulo apuntó que el Gobierno podría aprovechar el aire para "hacer una transición ordenada hacia un nuevo esquema cambiario", pero advirtió que resta conocer las condicionalidades del acuerdo con Estados Unidos, sobre todo si hace mención a la política económica o cambiaria.