

Referente de la oposición en el Congreso, donde entró en debate el acuerdo de Gobierno con el FMI para reestructurar la deuda de unos u$s 45.000 millones que el país mantiene con el organismo, el diputado Facundo Manes cree que la oposición debe ayudar al Gobierno a evitar el default, pero sin hacerse cargo del plan económico y a sabiendas de que, palabras más o menos, esto es un parche que no resuelve la situación de fondo.
Predicador contra la grieta, en los últimos días, Manes explicó en los últimos días, público y en privado que, para él, el default no es una opción. "Dejaría al país aislado y con una profunda crisis económica que, como suele pasar, golpearía más fuerte a los más vulnerables", afirma una y otra vez.
El neurólogo cree que él y sus pares de Juntos deben ayudar a evitar ese default ante el Fondo dándole al Poder Ejecutivo las herramientas para que cierre el refinanciamiento de la deuda con el organismo.
Pero eso sí: sin hacerse responsables del plan económico. "Nosotros acompañaremos, pero no somos Gobierno... eso les toca a los diputados oficialistas", dice sin medias tintas.
Ante su equipo, Manes se muestra comprometido con ese acompañamiento con distancia. Y con críticas.
Es que el referente del radicalismo bonaerense está convencido también de que el acuerdo que se está votando no resuelve los problemas de fondo: la inflación, el déficit fiscal, el desempleo, la caída del salario, entre los que él mismo suele citar.
Por eso tampoco cree que sea el acuerdo definitivo o el último que vaya a tratar el Congreso. Porque, dice, sólo patea los problemas para más adelante.
Manes habla y remarca la necesidad de mirar al futuro para encarar las "grandes transformaciones" en serio que necesita el país para generar inversiones y dejar de multiplicar la pobreza. "Un camino para el desarrollo", como lo llama el neurólogo, que permita aprovechar toda la "potencialidad productiva" de todos los sectores de la economía.
Y por eso también remacha con la necesidad de sacar a la grieta de en medio de estos debates, algo con lo que seguramente insista cuando hable en el debate de este jueves en el Congreso.
"Por supuesto que va a haber discusiones y peleas. Pero, incluso con esas discusiones, las transformaciones que necesita la Argentina son grandes y requieren acuerdos que dejen de lado las diferencias superficiales y el oportunismo electoral", plantea en su militancia antigrieta.













