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Con el marco de los canales de Venecia, terminaron las reuniones técnicas entre la Argentina y el Fondo Monetario (FMI), de las que participó casi el pleno del equipo del ministerio de Economía. En esta oportunidad, la discusión sumó ya aspectos legales y tributarios.

Entre los ejes de los cuatro días de encuentros entre el ministro de Economía, Martín Guzmán, y la directora adjunta del Hemisferio Occidental del FMI, Julie Kozack, junto al jefe de la misión argentina, Luis Cubeddu, las dos partes indicaron que se analizaron "políticas para fortalecer la recuperación, la estabilidad económica y la creación de empleo".

El FMI destacó que "se avanzó en la identificación de opciones de políticas para desarrollar el mercado de capitales doméstico, movilizar la recaudación fiscal y fortalecer la resiliencia externa de Argentina". En esos tres puntos "se lograron avances concretos", aseguró el área de Guzmán.

En medio de la suba del dólar paralelo y refuerzos del Banco Central y la CNV en el control de la operatoria bursátil, las definiciones no incluyen la política cambiaria. Hasta ahora el Fondo reconoció que "la inflación es multicausal" pero evitan los detalles sobre la política fiscal o monetaria.

Guzmán y Chodos volvieron a verse con Julie Kozack y Luis Cubeddu con en marzo, en Washington
Guzmán y Chodos volvieron a verse con Julie Kozack y Luis Cubeddu con en marzo, en Washington

Para eso viajaron hasta Venecia también el secretario de Hacienda, Raúl Rigo; la secretaria Legal y Administrativa, Rita Tanuz; el secretario de Política Tributaria, Roberto Arias, y el subsecretario de Financiamiento, Ramiro Tossi, además de Guzmán, el representante por el Cono Sur ante el FMI, Sergio Chodos y la titular de la Unidad de Asuntos Internacionales del Ministerio de Economía, Maia Colodenco, que participó del G20.

Previo a la reunión, en un balance de las economías del G20, el Fondo dejó una serie de advertencias para la Argentina sobre la debilidad de la recuperación de la actividad económica por la pandemia, el aumento de la desigualdad, la inflación, la política monetaria y fiscal, que anticipan los ejes de futuro programa.

El objetivo es alcanzar un acuerdo de programa con el FMI "que le permita a la Argentina refinanciar la carga de deuda insostenible contraída en 2018 y 2019 con ese organismo de crédito multilateral", según indicó el ministerio de Economía. Si bien no detallaron fechas, el Gobierno busca cerrar el acuerdo antes de fin de año. Debe hacerlo antes de marzo, cuando vence el "puente de tiempo" que otorgó el Club de París y así también se lo pidieron los acreedores a Guzmán.

El sábado pasado Guzmán tuvo un encuentro con la directora gerenta del Fondo, Kristalina Georgieva. La reunión fue calificada por el ministro como "positiva y muy productiva". Georgieva fue acompañada por el primer subdirector gerente del Fondo, Geoffrey Okamoto, y Kozack, junto a Chodos por el lado argentino.

"El equipo del FMI y las autoridades argentinas continuarán trabajando juntos en el periodo venidero con miras a profundizar aún más su entendimiento en estas áreas clave. Nuestro objetivo es apoyar a la Argentina abordar de manera duradera sus desafíos económicos y de balanza de pagos", concluyó el comunicado del Fondo.

"Las reuniones de los equipos técnicos arrojaron avances y entendimientos en temas clave del programa económico del Gobierno", concluyó la delegación argentina que viajó a Venecia.

el cronograma de los DEG

Georgieva anunció ayer que la junta de Gobernadores del FMI analizará el desembolsó de u$s 650.000 millones a nivel mundial en derechos especiales de giro (DEG) el 2 de agosto. La aprobación tiene que contar con el 85% de los votos. Una vez que se apruebe, se espera el giro para fines de agosto. Para la Argentina representarán u$s 4.350 millones.

Esos DEG permitirían cubrir el vencimiento del u$s 1.800 millones en septiembre mientras duren las negociaciones por un nuevo acuerdo. Si el toma y daca se extiende al 22 de diciembre, cuando que hay que pagar otro monto igual, también podrían cubrirse con los DEG. Guzmán busca además que los países ricos donen lo que les tocará para reforzar a los de ingresos bajos y medios y el G20 analizó integrarlos en un "fondo de Resiliencia".