Una gélida Moscú esperaba a Alberto Fernández al bajar del avión charteado por Aerolíneas Argentinas para llevar a la discreta y menguada delegación oficial que recaló en Rusia, la primera parada de la gira presidencial orquestada para estrechar lazos con dos países que serán fundamentales socios comerciales y financieros de la Argentina en los próximos años.

Fernández arribó alrededor de las 20.15 (hora local) al aeropuerto internacional de Vnukovo, donde fue recibido por el embajador argentino en Rusia, Eduardo Zuain, de suma confianza de la vicepresidenta Cristina Kirchner. Desde allí fue conducido en una "cápsula" brindada por la policía moscovita hacia el Hotel Metropol, donde haría noche. En la comitiva aseguraron que su ánimo es "sereno", luego de los roces y cimbronazos que dejó la renuncia intempestiva de MáximoKirchner a la presidencia del bloque oficialista en la Cámara de Diputados.

De acuerdo a la previsión del viaje, el Presidente mantendrá mañana, desde las 13, un almuerzo de trabajo con Vladímir Putin en el Kremlin, en momentos de suma tensión internacional frente al riesgo de una guerra entre Rusia y los Estados Unidos y sus aliados europeos de la OTAN en territorio de Ucrania.

El Gobierno decidió incorporar una parada en Moscú al viaje previamente preparado con China como destino único para continuar las negociaciones con empresarios rusos interesados en hacer negocios en los sectores de la energía renovable y nuclear, la industria farmacéutica a partir de las vacunas contra el coronavirus, transporte e infraestructura, de acuerdo a la expectativa que dejó entrever el asesor ruso en política exterior, Yury Ushakov, a la prensa local.

Este jueves se suscribirá un convenio para la compra de material rodante para el sistema ferroviario metropolitano, y avanzarán conversaciones que apenas están germinando respecto de la capitalización que Rusia y otros países podrían aportar a países endeudados a través de los DEG del FMI. Dichos fondos, ociosos por no volcarse al combate de la pandemia, podrían volcarse a un Fondo de Resiliencia que algunos países del G20, entre ellos la Argentina, promueven.

Al término del almuerzo con Putin, los jefes de Estado brindarán una declaración conjunta a la prensa, tras lo cual la comitiva argentina partirá a la República Popular China, en la segunda etapa de esta gira internacional. Allí, el viernes Fernández asistirá a la inauguración de los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing, mientras que el domingo mantendrá un encuentro con su par chino, Xi Jinping.

La gira finalizará el martes 8 de febrero en Barbados, donde el Presidente se reunirá con la primera ministra del país caribeño, Mia Mottley, y con representantes de la Organización de Estados del Caribe Oriental (OECO).

El mandatario viaja acompañado por el canciller, Santiago Cafiero; la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras; los gobernadores de Buenos Aires, Axel Kicillof, y de Catamarca, Raúl Jalil; la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruti; la secretaria de Deportes, Inés Arrondo; el senador Adolfo Rodríguez Saá, el diputado Eduardo Valdés, la asesora presidencial Cecilia Nicolini, y el intendente de José C. Paz, Mario Ishii. La comitiva a Rusia está integrada, además, por el ministro de Economía, MartínGuzmán, quien no continuaría camino a China.