

En un escenario de incertidumbre y un país dividido, a menos de tres meses de las legislativas, las últimas proyecciones muestran que el oficialismo corre adelante pero no tiene asegurada la victoria. La competencia sigue abierta y cada movimiento de campaña puede inclinar la balanza.
El Cronista pudo acceder a la última encuesta nacional de RadarTrends, que revela que la alianza La Libertad Avanza + PRO encabeza la intención de voto con 45,9%, seguida por el peronismo -kirchnerista y no kirchnerista- con 39,1%. La diferencia es clara, pero insuficiente para hablar de un resultado cerrado.
Un oficialismo que lidera, pero no entusiasma
La encuesta nacional de Radar Trends muestra que el Gobierno sigue al frente, pero con señales claras de desgaste emocional. Si bien LLA + PRO obtendría una mayoría de los votos si las elecciones legislativas fueran hoy, la evaluación social y política del presente no es absoluta yno acompaña con entusiasmo ese respaldo.
Cuando se pregunta cómo ven el futuro del país, el 46,1% se declara pesimista y solo el 43,2% mantiene una mirada optimista. La imagen de gestión también muestra una grieta abierta: 48% aprueba a Javier Milei y 49,4% lo desaprueba.
Qué pasa si LLA va con el PRO y qué sucede si no
Pero más revelador aún es lo que ocurre si la alianza oficialista se divide
La encuesta midió qué pasaría si La Libertad Avanza y el PRO se presentaran por separado: en ese caso, Milei baja a 41,4%, el peronismo unido sube a 39,6%, y el PRO apenas retiene un 4,2% del electorado.
Es decir, Milei puede ganar sin el PRO, pero con mucho menos margen. La ventaja nacional se achica a menos de dos puntos, y la fragmentación pone en riesgo la capacidad de proyectar poder legislativo. La alianza no es indispensable, pero le permite al oficialismo ampliar su base, evitar la dispersión del voto y sostener gobernabilidad.

Por eso, el alineamiento de Mauricio Macri con La Libertad Avanza no es solo ideológico, sino de supervivencia. Con números tan bajos, el PRO sin Milei corre el riesgo de desaparecer como fuerza nacional competitiva.
El ex presidente lo entendió antes que nadie: hoy la prioridad es la supervivencia, y para el PRO eso implica compartir listas con Milei. De ese modo, puede aspirar a sumar alguna banca más, algo que por separado sería muy difícil.
Efecto Milei: el valor del núcleo duro y que pasa con Villarruel
Entre junio y julio, la imagen de Victoria Villarruel entre los votantes de la fórmula Milei 2023 cayó de manera abrupta: su diferencial pasó de -17,2 a -43 puntos.
Esta caída de un mes al otro coincide con la escalada pública de tensiones dentro del oficialismo. Todo comenzó el 9 de julio, cuando Milei suspendió el desfile militar y se ausentó de los actos oficiales, mientras Villarruel viajó sola a Tucumán.

La ruptura se profundizó semanas después, cuando el Presidente la acusó en público de "bruta traidora" por haber habilitado una sesión en el Senado que terminó aprobando aumentos a jubilaciones. Desde entonces, su figura quedó bajo fuego interno.
El giro en la imagen confirma que Milei conserva un nivel alto de conducción sobre su base: el electorado libertario no solo sigue alineado con él, sino que también penaliza a quien él señala como adversario.
Ahora bien, cuando se observa la evolución de su imagen entre el total de los encuestados, la caída no es tan abrupta como entre los votantes propios. Esto sugiere que el daño político de Villarruel, hasta el momento, se concentra dentro del oficialismo, y que su figura mantiene una posición relativamente estable frente al electorado general.
La ventaja de la alianza oficialista y el riesgo de sobrerreacción
En la proyección para octubre, la alianza oficialista mantiene una ventaja de 7,1 puntos sobre el peronismo.
En la proyección para octubre, la alianza entre La Libertad Avanza y el PRO mantiene una ventaja de 7,1 puntos sobre el peronismo. Es una diferencia estadísticamente significativa y difícil de revertir en un escenario estable.
Sin embargo, la historia reciente demuestra que no hay margen para relajarse: en 2023, Milei logró revertir una desventaja de seis puntos con Sergio Massa entre las PASO y las generales en menos de un mes. El antecedente prueba que el humor social puede mutar rápidamente y que el voto volátil puede inclinar la balanza hasta el final.
El desafío de Milei será sostener el discurso de orden y ruptura con la política tradicional, sin sobreexponer los conflictos internos ni alimentar el malestar económico.
La oposición, por su parte, intentará capitalizar el pesimismo que expresa casi la mitad del electorado, especialmente en los sectores que ven frustradas sus expectativas de mejora.
Ahora bien, la elección nacional no se define solo por el promedio país. Lo que ocurra en las provincias grandes -en especial en Buenos Aires- puede influir en términos de gobernanza.
La PBA representa más de un tercio del padrón y hoy, según varias encuestas, se encuentra en virtual empate técnico. Si el peronismo logra movilizar su estructura allí, el escenario puede cambiar de forma abrupta, incluso si la foto nacional permanece favorable al oficialismo.












