El Gobierno destina cada vez más pesos a los subsidios económicos y pese a que el año pasado intentaron reducirlos, el 14% del gasto total del Estado nacional se transfirió al sector privado para sostener las tarifas del transporte, la electricidad y el gas en la Ciudad de Buenos Aires, mientras sólo 2% fue destinado a la Asignación Universal por Hijo (AUH).

De acuerdo con los últimos datos oficiales, los subsidios económicos a sectores económicos crecieron 67% interanual entre enero y noviembre y alcanzaron en los primeros once meses del año un total de

$ 156.800 millones.

La mayor parte del alza del gasto primario obedeció al incremento de las transferencias de carácter económico para el financiamiento de empresas públicas, fondos fiduciarios y el sector privado que totalizaron más de $ 193.030 millones en once meses de 2014, arrojando un incremento del orden del 70% interanual.

"Los subsidios económicos a las tarifas de transporte, energía y gas más el déficit operativo de las empresas públicas, explican el déficit fiscal del gobierno nacional. Es decir, si se excluyen las erogaciones destinadas a subsidiar el consumo y a financiar el rojo de las empresas públicas, el déficit fiscal se torna superávit", explicaron desde la consultora Economía & Regiones.

Así según las estimaciones de la consultora sobre la base de datos del Ministerio de Economía, de cada $ 100 que gastó la Nación en 2014, solamente $ 5 se usaron para financiar gasto social y $ 2 para costear la AUH, mientras $ 14 se destinaron a subsidiar el transporte, la luz y el gas en el área metropolitana, una de las regiones de mayor nivel de ingreso del país.

En esa línea, $ 25 fueron dirigidos a solventar las prestaciones de la seguridad social y $ 21 fueron para la coparticipación en las provincias.

"El gasto público se multiplicó por 20 entre 2003 y 2014. El fuerte avance estuvo concebido principalmente por la expansión de las prestaciones a la seguridad social, las transferencias por coparticipación a provincias y los subsidios económicos, que aportaron al crecimiento del gasto total un 25%, 20% y 16% respectivamente", apuntaron en Economía & Regiones.

El avance exponencial del gasto fue acompañado por un marcado incremento de la presión tributaria, que pasó de 17% en 2003, a 22,3% en 2007 y a 29,6% en 2014, según la consultora.

Sin embargo, si se mide la presión tributaria efectiva, que resulta de comparar el total de los ingresos efectivamente recaudados por el Gobierno en todos sus niveles con el producto bruto generado por la economía, el porcentaje llegó en 2013 al 34,5% del PBI, 43% más alto respecto a 2004 (24,1%).

"La carga tributaria efectiva consolidada viene evidenciando un crecimiento sostenido en la última década, con un nivel récord en el 2013. Esto permite inferir que durante los últimos años, el objetivo de suficiencia (recaudar recursos para financiar el gasto público), se ha priorizado por sobre los restantes pilares de todo sistema tributario, a saber, eficiencia y equidad", determinaron en el Instituto Argentino de Análisis Fiscal en uno de sus últimos estudios.

Para este año no se esperan cambios de políticas tributarias ni en cuanto al nivel de gasto. Desde el Gobierno ya adelantaron que no habrá reducciones en las partidas de subsidios porque prefieren mantener a raya la inflación y la baja del precio del petróleo juega a favor. Por eso, el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, ya firmó convenios con la mayoría de las provincias para que no haya aumentos en las tarifas de electricidad, mientras que su par de Interior, Florencio Randazzo, anunció que no habrá más subas en los boletos de colectivos y trenes.