Toda la actividad económica se ve afectada por la crisis que atraviesa nuestro país. La incertidumbre política, renovada tras los resultados de las PASO y a la espera de las siguientes etapas del calendario electoral, impone dificultades para producir, para comprar, para vender, para exportar, para cobrar y para cada paso que intentamos dar en nuestro negocio.

Un caso particular son los procesos de transición, que en general incluyen compra venta de empresas o de acciones, para lo cual una variable imposible de soslayar es el valor de esas empresas. La volatilidad del tipo de cambio aparece allí como un problema ineludible que implica un desafío adicional para las partes al momento de cerrar una transacción. Si calcular el precio de un producto se complica, qué decir de una empresa entera.

Sin embargo, precisamente por mi actividad tuve ocasión de enterarme de que algunos dueños de empresas recibieron ofrecimientos de compra con posterioridad a las PASO. Una lectura positiva podría ser que, pese a la incertidumbre política, hay quienes tienen expectativas favorables de cara al futuro.

De todos modos, si este panorama tan volátil permanece en el tiempo, los inconvenientes se van a profundizar. Problemas de abastecimiento, de stocks, impedimentos para conseguir los insumos y equipos importados que se necesitan para producir, son todas situaciones que perjudican el normal funcionamiento de las empresas.

Como agravante, el diseño del calendario electoral en Argentina es tan extenso que la indefinición puede prolongarse por varios meses, una situación que debería modificarse para brindar mayor certidumbre y previsibilidad a quienes emprenden, producen, dan empleo y generan riqueza en el país.

Mientras tanto, hay que encontrar la manera de convertir esta situación desfavorable en una oportunidad para incrementar el valor de nuestras empresas, un aspecto que siempre debemos tener presente si queremos llegar mejor posicionados al momento de una eventual transición.

En ciertos casos, esos caminos se abren al explorar las posibilidades de expansión regional. Algunas empresas, ante la debacle del mercado local, lograron llegar con su oferta a otros países y blindarse ante los reiterados sacudones económicos y financieros y la constante devaluación de nuestra moneda e incertidumbre por cambios en las "reglas de juego".

Cada momento de crisis fuerte funciona también como estímulo a la creatividad y la imaginación del empresario argentino, que tiene cierto entrenamiento para afrontar este tipo de escenarios. Pero sin dudas es necesario ponerle un límite a la incertidumbre. Necesitamos una economía sana para que las empresas puedan consolidarse, prosperar e incrementar su valor.