Se viven jornadas intensas en la Argentina. Y las que se vienen tendrán igual o mayor nivel de intensidad. Javier Milei comienza en Nueva York una visita fugaz que tendrá como epicentro hoy el encuentro con Kristalina Georgieva. El staff del FMI estuvo en estrecho contacto con el equipo económico desde el fatídico lunes negro por elección de PBA, aquel 8 de septiembre. Las discusiones sobre cómo abordar el nuevo escenario político se intensificaron. ¿Tiempo de libre flotación? El equipo económico se resiste. Luis Caputo prefiere sacrificar dólares de reservas a la espera de que en algún momento cambien las expectativas. Su baraja principal pasa por el anuncio del ESB, las nuevas siglas de moda en Argentina que aluden al "Exchange Stabilization Fund" del Tesoro norteamericano. El manejo de las expectativas es clave en economía y puede llevar a un equilibrio malo dentro de los equilibrios. En un paper de Guillermo Calvo sobre "Servicing the debt: the role of expectations" apunta a que Brasil a fines de los ´80, había hecho todos los ajustes, pero la gente aún pensaba que la tasa de inflación iba a ser altísima y por ende las tasas reales eran muy altas. Con esas tasas altas porque no le creían al gobierno, éste ajustaba y volvía a subir la tasa. Puesto de otra manera: si la gente piensa que el gobierno no lo va a poder hacer, lo va a forzar a no hacerlo. El mundo depende cada vez más de las expectativas. Existen equilibrios malos que conviven con los buenos y el (mal) manejo de las expectativas puede llevar a los primeros. Después del fatídico 7-S en PBA, la expectativa es que hay más chances a un retorno del populismo. Y en el mercado de cambios, ello provoca que se espere ahora un abandono de las bandas de flotación tras las elecciones del 27 de octubre, lo que aumenta la presión sobre el dólar hoy y que peligren las bandas de flotación hoy. En el mercado de deuda, la expectativa es una mayor probabilidad de reestructuración porque la Argentina no podrá acceder al mercado voluntario de crédito en 2026 seguramente y quizás tampoco en el 2027. El problema pasa entonces por cómo reencauzar expectativas y se vuelva a un equilibrio bueno. ¿Servirá la mano visible de Trump? ¿Un mayor apoyo del FMI tras la cumbre hoy? Todo sirve pero siempre y cuando la sociedad no avale el 26-O la vuelta al populismo. Seguramente el gobierno norteamericano no jugará su baraja hasta tanto no se vea el resultado de esa elección. Flotar sería el mejor camino en el marco de medidas que hagan resurgir la confianza. Flotar por las malas es el peor escenario. Por ello la importancia de las elecciones legislativas. Hay mucho más en juego de lo que todos nos imaginamos.