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La Argentina experimenta por estas horas los problemas de un 'país bimonetario' en el que la moneda nacional no es atractiva para sus habitantes, por la pérdida permanente de su poder adquisitivo, y en el que acceder al dólar que rige los destinos de la economía, comienza a convertirse en una odisea no solo para quienes pretenden conseguir divisas para ahorrar, realizar una operación o viajar al exterior. sino también para las compañías que proyectan su actividad en el 2022.
El círculo virtuoso del crecimiento requiere potenciar la producción de bienes y servicios, tanto para aumentar las exportaciones que abastezcan al país de divisas, como también para generar empleo, mejorar el poder adquisitivo de los trabajadores y, con ello, incrementar el consumo, todo lo cual derivará en una mejora de la demanda que deberá abastecerse con mayor actividad de empresas y fábricas.

Pero para que ese círculo comience a girar necesita de un combustible que ya no solo escasea en la Argentina, sino que directamente falta: el dólar. Porque sin divisas para importar los insumos que requiere el proceso productivo y que no consiguen en el país, el avance del 15,8% que registró la industria el año pasado corre riesgo de experimentar un fuerte parate que provoque un efecto recesivo en la economía.
qué hay en las reservas del bcra
Pese a que el campo sigue aportando un importante flujo de dólares, que ya superó los u$s 900 millones en el mes (40% más que en febrero de 2021), en la caja del Banco Central ya no hay billetes para atender la demanda importadora, al menos hasta que se firme el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y llegue el primer reembolso de Derechos Especiales de Giro que alimenten las reservas.
Hoy, según consultoras privadas, allí solo se encuentran los fondos del swap con China y el Banco Internacional de Pagos, los encajes bancarios y otros u$s 1800 millones que no son suficientes para que las reservas netas muestren números positivos. Menos aún las líquidas, que no pueden acceder a las tenencias de oro y unos u$s 13 millones que quedaron de los DEG recibidos a fines del año pasado.
Por ello, se activaron todas las medidas posibles para que al menos hasta fines de marzo el balance diario del BCRA no sea negativo. Se aceleró el ritmo de devaluación, se inició la negociación con los diferentes sectores industriales para definir a cuántos dólares podrán acceder para desarrollar su actividad en el año, se modificaron parámetros para el otorgamiento de la moneda estadounidense a los importadores, se iniciaron negociaciones para acordar con China la utilización del swap para el intercambio comercial entre ambos países y se plantea renovar la totalidad de la deuda en pesos, y un poco más, para restar presión al tipo de cambio.
Un combo que tiene como meta administrar la escasez de dólares mientras se espera que el acuerdo con el FMI de un poco de oxígeno para que la economía no se estanque y, al menos, camine a un ritmo lento.














