Siempre conviene echarle un vistazo a la historia. Funcionarios kirchneristas y empresarios aseguran que la llegada del presidente de China, Xi Jinping, le brindará a la Argentina un boom de inversiones que incluiría un swap de 12.000 millones de dólares para que el Banco Central tenga un fondo alternativo a las reservas monetarias que se derrumbaron a la mitad en tres años. Habrá que esperar a que nuestro visitante lo confirme para cerrar un círculo que podría aliviar la situación del país, agobiado por la inflación, la recesión y el exiguo ingreso de dólares.

Ya en 2004, Néstor Kirchner y sus colaboradores se habían ocupado de adelantar que la visita del entonces presidente, Hu Jintao, también iba a incluir inversiones y 20.000 millones de dólares con los que se planeaba cancelar la deuda argentina con los organismos de crédito. La versión fue definida risueñamente dos años después por el viceministro de Comunicaciones, Qian Xiaoqian, como un cuento chino.

Bienvenidas las inversiones en infraestructura y bienvenido un espacio comercial alternativo como el BRICS que integra China. Pero nada sería mejor que los hechos concretos acompañen el optimismo de los anuncios previos.