

La provincia de Buenos Aires movió hacia arriba la oferta a los docentes, con la certeza (compartida en silencio con otros funcionarios nacionales) de que le meta de inflación que se propuso el Gobierno y el Banco Central es prácticamente inalcanzable. Llevó la propuesta a 21% en dos pagos, asegurando que si la evolución de los precios era superior a esa cifra, el poder adquisitivo quedaría cubierto con la aplicación de la cláusula gatillo contenida en la propuesta inicial.
Hasta el momento el factor que más puede alterar las perspectivas inflacionarias está acotado. La revisión tarifaria incluye una segunda tanda de aumentos de gas y electricidad, que el Gobierno puede autorizar o postergar, como ya decidió hacer con el transporte. Por lo demás, junio sigue prometiendo una variación similar a la de mayo, aunque en julio podría haber un nuevo repunte gracias a una suba de prepagas y la estacionalidad de las vacaciones de invierno.
Lo que puede aparecer como factor sorpresa es el cómputo del nuevo IPC nacional, que el Indec difundirá el próximo 11 de julio. El organismo oficial anunció que promediará las cifras de Capital y el conurbano, con los relevamiento otras regiones. La mayor incógnita es que en esa fecha se presentarán también las cifras correspondientes a los meses transcurridos entre enero y junio, que el Banco Central computará como válidos para la meta anual.
Eso implica que en un mes la inflación del primer semestre puede llegar a tener algunas décimas más que la conocida hasta ahora, o bien unas décimas menos. Nada que transforme la meta de 17% en un objetivo palpable, pero si menos lejano a las paritarias ya cerradas entre 20% y 24% y a las negociaciones que todavía queden abiertas. Es uno de los avances que espera poder mostrar el Gobierno antes de las elecciones primarias del 13 de agosto.













