Lo que quiere el Gobierno, en forma desesperada, no es bajar el blue, sino achicar la brecha entre el dólar oficial y el paralelo. Por eso, cada vez que baja o se mantiene estable el blue, aprovechan para ir subiendo el oficial, aseguran en la City porteña.


En las financieras todavía no pueden creer que haya tanta demanda en el exterior por traer dólares gronchos (como se le dice en la jerga, para no decir ilegales) al país, al punto que para mandar cable (como se denomina a la operación inversa de enviar dinero en negro al exterior) llegó a costar menos del 1%. Es que las cuevas no suelen mover dinero físico, sino que para evitar gastos buscan compensar entre lo que uno quiere mandar con lo que otro quiere traer, de modo de sólo hacer pases de cuentas.


Hace un año y medio llegaron a cobrar el 7% por mandar plata afuera, ya que nadie quería traerla, luego bajó a la mitad, pero ahora se hundió al 0,9%. Acá algo raro hay, huelen los cueveros. Y comenzaron a barajar hipótesis en el ambiente: Ponele que sacaron u$s 30 millones de plata de la campaña y se la dieron a los cambistas amigos que a su vez tienen agencias de viajes para que lo vendan en el blue a $ 10 (cuando estaba $ 10,80, en mayo pasado, para hacerlo bajar). De este modo, se hicieron de $ 300 millones para la sobrefacturación de pasajes. Al cambiar esta plata por el mercado oficial de cambios a $ 5, te da u$s 60 millones, que los tienen transferidos a cuentas de afuera. Ese dinero lo traen al país por cable a $ 10, con lo cual ahora tienen $ 600 millones. Pero para poder traer todo ese dinero a bajo costo, necesitan mucha gente que quiera sacar la plata. Por eso es que el cable para mandar dinero afuera cayó tanto. Luego, esos $ 600 millones los cambian de vuelta por el mercado formal (por sobrefacturación de pasajes) y obtienen u$s 120 millones.

Devuelven los u$s 30 millones que les habían prestados en un primer momento y siguen haciendo el rulo, pero ahora en forma multiplicada. De ahí se podría llegar a explicar por qué tantas agencias de viajes están facturando como nunca en plena temporada baja, conjeturan.


La única casa de cambios que la ligó por fugar divisas a través de paquetes turísticos fue Alhec, porque parece que fuera una vendetta contra Julio Grondona, presidente de la AFA, a quien señalan como dueño. Como Grondona no se cansaba de reclamarle al gobierno el dinero que le deben a la AFA, parecería que lo tomaron a mal y llegaron las represalias. El hecho de que en muchas operaciones de Alhec aparezca un escribano muy cercano a Grondona despertó rumores sobre su vinculación, dicen.


Puras especulaciones: como quienes hablan de la bicicleta financiera que Guillermo Moreno le habría propuesto a los empresarios para que traigan sus dólares al país: a través del contado con liqui inverso, que hoy da $ 7,35 por cada divisa. Luego esos billetes los podrían volcar a la compra de Cedines, que cotizaría por debajo de $ 7, y hacerse una diferencia. Aunque el temor del mercado es que el Gobierno no cumpla con su palabra y llegue a canjear los Cedines por un Boden15, por ejemplo.


Fernando Díaz, director de la gerenciadora de patrimonios FDI, alerta que el CCL (como se llama en la jerga al liqui) tiene sus reglas: Uno de los conceptos que pueden ingresarse por esta vía son los aportes de capital de accionistas, pero deben ser de una sociedad local recibidos en la cuenta de ésta en el exterior. Cabe aclarar que por normativa del Central los dividendos generados por aportes de capital que ingresen de esta forma no podrán utilizar el mercado único y libre de cambios para su posterior salida del país.