

Mucho se está hablando de la inflaciónen un momento del mundo en donde casi todos los commodites están experimentando un formidable shock simultáneo de oferta y en donde la inflación se siente en todos lados aun en los países más ortodoxos a nivel monetario, hasta Suiza está teniendo inflación.
Entonces, resulta útil en esta coyuntura diferenciar corto plazo y largo plazo en un contexto inflacionario.
El espíritu de este artículo se resume en una oración: ante un shock instantáneo de oferta en un bien y aun ante una oferta monetaria constante podemos tener inflación de cortísimo plazo hasta tanto la restricción monetaria se haga sentir y reaccione el resto de los precios de una economía, colapsando estos últimos.
Supongamos una economía de dos bienes:
- El bien 1 tiene un precio inicial "P1" (50) y una cantidad inicial consumida "Q1" (100).
- Para simplificar, supongamos además que este bien tiene una demanda infinitamente inelástica, o sea, se demandará la misma cantidad cualquiera sea su precio.
- El bien 2 tiene un precio inicial "P2" (50) y una cantidad inicial consumida "Q2" (100).
- Para simplificar, supongamos además que este bien tiene una oferta infinitamente inelástica, o sea, se ofrecerá la misma cantidad cualquiera sea su precio.
- Bajo estos supuestos, el valor inicial de la canasta de bienes de esta economía seria: P1 * Q1 + P2 * Q2 = 10.000 u$s.
- Supongamos que la oferta monetaria es exactamente 10.000 u$s y que la velocidad de circulación es 1.

Supongamos ahora que en el próximo segundo, el bien 1 experimenta un shock de oferta y su precio sube instantáneamente 75% (87.50). Esta sería una situación semejante a la que está ocurriendo hoy en día con el petróleo, por ejemplo.
- En este contexto aclaramos que la oferta monetaria queda constante, idéntica a un segundo atrás (10.000 u$s).|
- Si recalculamos el valor de la canasta de esta economía un segundo después, el mismo sería: P1 * (1+75%) * Q1 + P2 * Q2 = 13.750 u$s.
- Claramente, el shock instantáneo en el petróleo no dio tiempo todavía de ajustar nada y aquí estamos con una inflación instantánea de 38%.
- Esto también es similar a lo que hoy ocurre con la inflación global, aunque exagerado por supuesto.
- De esta forma, la tasa de inflación en este "primer segundo" sería: (13.750 u$s/10.000 u$s) -1= 38%.
- Lo importante a destacar es que "en este primer segundo no hubo incremento de la oferta monetaria" y sin embargo esta economía tuvo una inflación de 38%.
Ahora bien, si comienza a transcurrir el tiempo y dado que la demanda del bien 1 es insensible a precios, algo va a tener que ajustar por una sencilla razón: el dinero disponible es 10.000 u$s y la canasta en este "primer segundo" subió a 13.750 u$s.

Es aquí en donde nos vamos del corto plazo definido como "segundo 1" y comenzamos a transitar el largo plazo definido como "segundo 2". La diferencia es que en el largo plazo la inflación es siempre y sin excepción un fenómeno monetario. La naturaleza monetaria de la inflación se hará sentir en el bien 2 cuyo precio comenzará a colapsar hasta llevar el valor de la canasta a su nivel original de 10.000 u$s. De esta forma, la canasta volvería a valer 10.000 u$s una vez que "P2" haya colapsado 75%.
La naturaleza monetaria de la inflación en el largo plazo nos lleva al siguiente equilibrio:
- El bien 1 termina con un precio "P1" (87.50) y una cantidad consumida "Q1" (100).
- El bien 2 termina con un precio "P2" (12.50) y una cantidad consumida "Q2" (100).
- El valor final de la canasta de bienes de esta economía seria: P1 * (1+75%) * Q1 + P2 * (1-75%) * Q2 = 10.000 u$s.
- El valor de la canasta volvería a su valor original de 10.000 u$s.
De esta forma, el hecho de que la oferta monetaria se mantuviese constante ante el shock de oferta terminó noqueando los precios del bien 2 y equilibrando de esta forma al índice ponderado de precios. Podemos entonces aprender dos cosas de este experimento:
- En el cortísimo plazo (segundo 1) el precio del bien 2 no tuvo demasiado tiempo para colapsar explicando entonces una inflación de oferta de 38%.
- En el largo plazo (segundo 2) el precio del bien 2 claudica ante la ineludible naturaleza monetaria de la inflación: el bien 1 termina carísimo fruto de su shock de oferta y el bien 2 termina todo roto y colapsado fruto de una cantidad total de dinero que no cambió.
La desinflación del bien 2 fue con enorme sufrimiento. La pregunta que se le viene al mundo es entonces: ¿cuánto dolor estarán dispuestos a imponer los bancos centrales del planeta en beneficio de una inmediata estabilidad de precios?














