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La sequía de divisas de exportación que La Niña nos legó se empieza a sentir con mayor intensidad. Se secaron las pilas de los timbres que tocamos con la primera y segunda versión del dólar soja. La tercera versión demora su éxito más que la Copa de Qatar.
Los u$s 21.000 millones que faltan de la campaña 2022-2023 llevó a la Argentina a extremar la búsqueda de soluciones para obtener liquidez. La necesidad nos intrudujo en una nueva dimensión financiera global alternativa, a la que conviene prestarle atención.
El martes en Brasil, principal socio comercial, se abrieron más caminos políticos que billeteras para avanzar rápidamente los pagos de importaciones en reales, sin afectar los escasos dólares de las reservas del BCRA.
En los pocos días de vigencia de los sistemas de la Aduana, las operaciones en yuanes van ganando el corazón de los importadores: si el pago se cursa en moneda china en vez de dólares, la aprobación de las SIRA son casi automáticas.
La escasez impone costos, aunque no garantiza la entrega en tiempo y forma de los recursos necesarios, como ahora lo son las divisas para mantener a flote la actividad económica.
Por eso, el entusiasmo que despertó la puesta a punto de la cancelación importaciones chinas con renmimbi, la moneda de la República Popular, cuya posibilidad se abrió en noviembre del 2022. Hasta ahora, técnicamente no se había podido aplicar.
El SWAP de monedas permitió en 2015 el levantamiento del cepo y recoge una historia desde 2009, cuando lo suscribió Martín Redrado para escapar de los coletazos de la crisis de las subprime (y de, otra vez, una sequía que afectó al campo).
Pero en los pocos días de vigencia de los sistemas de la Aduana, las operaciones en yuanes van ganando el corazón de los importadores: si el pago se cursa en moneda china en vez de dólares, la aprobación de las SIRA son casi automáticas.
Se habilita un trámite que canaliza la operación del banco operador de comercio exterior con el ICBC, el banco chino que opera en la Argentina y que tiene estructurada una línea en renmimbi con el Banco del Pueblo de China.

El Banco Central y el Banco del Pueblo de China tienen en vigor un swap de monedas por el equivalente a u$s 18.500 millones. Se había acordado la posibilidad de que el equivalente en yuanes a u$s 5000 millones fueran de libre disponibilidad para reforzar las reservas. Esa cifra terminó de consumirse en abril, y el resto puede ser aplicado a operaciones comerciales utilizando la moneda china.
El swap de monedas entre el BCRA y el Banco Popular de China en el contexto de reservas internacionales bajas, en diciembre de 2021 llegó a representar el 51% de las reservas brutas.

Camino alternativo
Por ese camino llegamos a militar en un club alternativo al FMI, al que se había apelado parcialmente en las presidencias de Cristina Kirchner pero también en la de Mauricio Macri para conseguir acceso a dólares.
Las necesidades financieras no tienen ideología, aunque si la tiene la mano del prestamista. Durante la gestión de Cambiemos el comercio con China no se vio amenazado, tampoco las alianzas estratégicas con la potencia asiática.
Mucho menos el SWAP de monedas que permitió en 2015 el levantamiento del cepo, y que recoge una historia desde 2009, cuando lo suscribió Martín Redrado para escapar de los coletazos de la crisis de las subprime (y de, otra vez, una sequía que afectó al campo).
Cuestión de tiempo y dinero
Las gestiones para reconfigurar el programa con el FMI avanzan pero no está claro hasta dónde podrá entregar el organismo una asistencia sin un compromiso político mayor.
El Gobierno argentino trata de mostrarle al FMI deberes cumplidos con la retirada a todo vapor de los subsidios a las tarifas de gas, agua y luz. También con los ajustes tarifarios al transporte. Se viene acelerando, adicionalmente, el ritmo de crawling peg para no quedar el tipo de cambio oficial demasiado retrasado de la inflación.
A despecho de la intención original, se ha actualizado la tasa de interés a niveles más adecuados a los precios.

El Swap global
Pero mientras tanto, y para cuidar las escasas reservas, nuestro país se está recostando en China en un contexto geopolítico complejo. China se viene erigiendo como un nuevo financista global alternativo.
Este nuevo rol fue analizado a fines de marzo en un trabajo titulado "China como prestamista internacional de última instancia" en el que los investigadores Sebastian Horn (Banco Mundial), Bradley C. Parks (AidData, William & Mary), Carmen M. Reinhart (Harvard Kennedy School) y Christoph Trebesch (Kiel Institute for the World Economy) exploran el "nuevo sistema de préstamos internacionales de emergencia" establecido por China entre 2000 y 2021.
Un extracto del estudio que publicó esta semana en su boletín mensual En cont@cto Chinael Observatorio China del Instituto de Estrategia Internacional de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA) revela con precisión el esquema. Indican que China otorgó préstamos de rescate a más de 20 países por u$s 240.000 millones desde 2000 (u$s 185.000 millones en 2016-2021).

"Estos se dan principalmente a través de dos instrumentos: 1) Apoyo a las balanzas de pagos por medio de la red de swaps de monedas del Banco Popular de China; y 2) Apoyo de liquidez vía préstamos y depósitos de bancos estatales chinos y empresas chinas vinculadas al sector de commodities".
De acuerdo con la reseña de la CERA, "está claro que la activación de las líneas de swap fortalece las reservas brutas y sirve a propósitos de vidriera, pero falta claridad sobre cómo se usan en realidad los fondos, especialmente si se usan para pagar deudas externas a China que vencen pronto", describen los investigadores.
En el trabajo se cuestiona que con esos rescates China "mantiene sus operaciones de rescate en gran parte fuera de la vista pública".
Se han activado mayormente en países con bajos niveles de reservas y bajas calificaciones crediticias en el contexto de crisis macroeconómicas o financieras: de un total de 40 acuerdos de swaps, se han activado 17 y, de estos, sólo cuatro en 'tiempos normales'.
"Si bien el objetivo oficial de los swaps de monedas es promover el comercio y la inversión bilaterales, estos instrumentos se han activado mayormente en países con bajos niveles de reservas y bajas calificaciones crediticias en el contexto de crisis macroeconómicas o financieras: de un total de 40 acuerdos de swaps, se han activado 17 y, de estos, sólo cuatro en 'tiempos normales'", se señala.
Con un total activado de u$s 170.000 millones, los swaps se han convertido en "una herramienta importante de manejo de crisis externas" para muchos países.

De acuerdo con las conclusiones del informe de AidData reproducido por CERA, a diferencia de los prestamistas globales de última instancia ya establecidos, como el FMI o la Fed de los EE.UU., "en general los préstamos de China son más opacos, tienen tasas de interés más altas, están dirigidos casi exclusivamente a los países de la Franja y la Ruta (de la seda) de ingresos medios y bajos con deudas significativas a bancos chinos", indica.
En el caso de Argentina, señala que el swap de monedas entre el Banco Central de la República Argentina y el Banco Popular de China en el contexto de reservas internacionales bajas, en diciembre de 2021 llegó a representar el 51% de las reservas brutas, reseñó.
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