La licitación de Lebacs del próximo martes 17 presenta una muy buena oportunidad para inversores que no teman mantener posición en pesos durante las elecciones.

Si analizamos el contexto actual, vemos proyecciones del índice de inflación para los próximos 12 meses en torno al 17%. Y si vemos que la tasa de Lebac ronda el 27% anual notaremos la excelente alternativa de inversión que esto significa, porque permiten alcanzar tasas reales (netas de inflación) cercanas a los dos dígitos. No es común que se den este tipo de oportunidades: las tasas de Lebac se colocaban sólo algunos puntos por encima de la inflación esperada.

En la licitación de septiembre, el 47% se adjudicó para el menor plazo (un mes), el 12% a dos meses, 14% a tres meses, 6% a cinco meses, 5% a siete meses y 16% a nueve meses, con un promedio que se incrementó a 100 días, desde 72, en la licitación de agosto. Ese mes, el 59% del monto adjudicado había sido al plazo de un mes, en julio el 66%, en junio el 62% y en mayo el 70%, con lo cual hay una tendencia de aumento de duration.

De cara a la próxima licitación, podría continuar en aumento el plazo promedio licitado de Lebacs por dos motivos. Por un lado, al haber logrado el BCRA que la curva de tasas vuelva a tener pendiente positiva, le resulta más atractivo al inversor optar por plazos de inversión largos que ofrecen tasas reales más elevadas.

Además, si el público estima que la tasa de inflación descenderá, esperará también que el Central baje paulatinamente las tasas en las siguientes licitaciones. En esos casos entonces preferirá pasar a plazos mayores para asegurar una tasa alta de interés por un período más largo.

El segundo factor que nos hace esperar un aumento en el plazo promedio licitado es el incentivo del Banco Central de subirlo ya que le permitirá continuar descomprimiendo la presión que tiene de renovar todos los meses montos tan importantes como proporción de la base monetaria. En términos generales, si el Central no logra seducir a los inversores y no se renueva todo el monto que vence, esa enorme cantidad de efectivo se volcará al circulante lo que llevará a una mayor presión inflacionaria. Y si la expectativa de inflación aumenta, la tasa que pedirá el inversor para renovar Lebac también aumenta, entrando en una espiral donde cada vez tiene que pagar el BCRA mayores tasas.

Cuanto menor sea el plazo de renovación, más velocidad tomará este juego de espiral de tasas. Y cuanto mayor sea el plazo, más tiempo habrá para mostrar que la inflación se está controlando, que es la verdadera batalla que sostiene el BCRA, y para lograr que los inversores acepten una tasa nominal menor pero positiva en términos reales si se compara con la inflación esperada.

Seguramente existirán también inversores cautos que prefieran pasarse al dólar y esperar posicionados en esa moneda hasta conocer el resultado de las elecciones. Para quienes no teman una disparada del dólar, esta licitación de Lebacs podría presentar una gran chance de conseguir buena tasa por varios meses.