En esta noticia

Ni las prórrogas, ni los cortes de luz ni ninguna otra estratagema pudo impedir que Fuerza Patria terminara en paz el cierre de listas. Luego de más de diez días, en Morón, por ejemplo, el frente en el que por ahora conviven kirchneristas, kicillofistas, peronistas y el Frente Renovador no pudieron destrabar el lío que armaron en este distrito clave del Gran Buenos Aires.

La pelea entre Lucas Ghi y Martín Sabbatella es extrema y refleja, quizás, lo que vivenciaban hasta hace unos días Axel Kicillof y Máximo Kirchner. En la puja local, el intendente es parte del Movimiento Derecho al Futuro y su antecesor es uno de los aliados más fieles del hijo de los dos presidentes.

La Junta Electoral bonaerense, a cargo de Hilda Kohan, observó la lista de "unidad" alcanzada tres días después de la fecha de cierre, prevista para el lunes 23 a las 14.00. Entonces, al no considerarla válida, por el momento, las únicas habilitadas para participar son las de Nuevo Morón, que lleva a Sabbatella como primer candidato a concejal, y la de PARTE, herramienta utilizada por los kicillofistas para esquivar la presión de sus aliados y que fue presentada en todos los municipios y las ocho secciones electorales.

Si bien hubo un acuerdo y un posterior compromiso escrito para dar de baja todo lo presentado a través del partido armado por Alberto Fernández hace algunos años, la de Morón quedó fijada en la justicia electoral bonaerense y llevará a los candidatos de Ghi al Concejo Deliberante.

"Imaginate la campaña que vamos a hacer acá", se queja uno de los históricos militantes del oficialismo, ahora partido. Este fin de mes, inclusive, algunos miembros del sabbatellismo, que no quisieron quedarse en el armado del intendente, se empezaron a quejar porque le sacaron algunos incentivos salariales producto de sus funciones como funcionarios, que ahora no son. Con la comida no... Como decía Juan Domingo Perón, el bolsillo es la víscera más sensible.

El martes a la noche, en San Fernando, se vio otro ánimo, muy diferente a lo observado en el caótico cierre de listas, previo y posterior al corte de luz, donde un intendente tuvo que ser auxiliado con una bolsa de hielo porque al evitar golpear contra el rostro de su rival interno, prefirió ir derecho, con toda su furia, a la mesa en el que estaban sentados.

"Fue todo aburrido", confesó, mientras se reía de su ocurrencia, uno de los encargados de la estrategia de Fuerza Patria, nombre que aún no enamora. "Hubiéramos dejado Unión por la Patria, ¿cuál es la diferencia?" se quejó un experto comunicacional de los pocos que abundan cuando se sientan los que definen el poder territorial.

Del encuentro organizado por Gabriel Katopodis, uno de los que recibió más críticas por ser quien expuso hasta el filo de lo permitido el deseo de Kicillof en el armado de las listas, también participó el gobernador y Sergio Massa. Hasta allí fueron la mayoría de los intendentes de la Primera Sección y repasaron lo que todos más o menos tienen en claro. Lo difícil que será esta elección para el peronismo kirchnerista renovador, la necesidad de contrarrestar la campaña de un gran comunicador como Diego Valenzuela y, fundamentalmente, cómo hacer para que las frustraciones, propias de un cierre inmovilice, a la ya agotada tropa peronista.

También se habló de uno de los grandes ausentes, no por esta única vez, sino más permanente. Julio Zamora, el intendente de Tigre, quien terminó armando Somos Buenos Aires con el respaldo de Juan Schiaretti, Elisa Carrió y Facundo Manes. "¿A quién le come votos este nuevo espacio? A nosotros o a ellos? Fue la pregunta que pocos se animaron a develar.

En principio, además de Zamora, están los peronistas Juan Zabaletta, Luis Morales, Gustavo Aguilera y Matías Brown como candidatos muy representativos de un peronismo que local en Hurlingham, Merlo, San Fernando y General San Martín. Sin embargo, en todas las demás localidades, la mayor parte de los candidatos son radicales, lilitos o vecinalistas. Si esta lista no existiera, seguramente, muchos hubieran ido a buscar a Valenzuela en lugar de Katopodis.

En el medio también apareció el debate de las listas testimoniales. Inauguradas en 2009, cuando no, por Néstor Kirchner, quien hizo participar de una misma boleta al gobernador Daniel Scioli y al entonces jefe de Gabinete, Sergio Massa, ahora parecen normales, cuando no lo son. Un intendente que se presenta para concejal es lo mismo que un Papa se quiera bajar a cura parroquial. Un sinsentido desde la lógica y el poder.

Santiago Gutierrez Eguia

Sin embargo, hay una explicación, apartada de toda tradición y lejos del sentido común de una familia tipo. Es que el intendente, en la mayoría de las localidades, representa por sí mismo mucho más que cualquier otra figura, ya sea provincial o nacional. Al ser una elección desdoblada de cualquier postulación superior, ya que solo se eligen candidatos locales o regionales, la marca local la da el apellido del jefe comunal muy por encima de la marca partidaria.

Claro está, por formas y por fondo, los únicos que tomaron esta determinación son una veintena de representantes de Fuerza Patria. En las otras fuerzas, quien puede estar en duda es Pablo Petrecca, intendente de Junín, hoy candidato a senador provincial por la cuarta sección electoral, quien no siguió los designios de la conducción del PRO y hoy apoya a Somos Buenos Aires. Valenzuela y Guillermo Montenegro tienen previsto asumir como legisladores provinciales, a pesar que el cargo no tenga ninguna relevancia si se lo compara con una intendencia. Lo mismo hará, y lo dijo para colocar en off side a Katopodis, Mayra Mendoza, la jefa comunal de Quilmes, representante de La Cámpora. El "griego", seguramente, continuará siendo ministro de Obras Públicas bonaerense.

¿Y en el PRO y LLA?

Sin embargo, tanto Valenzuela como Montenegro podrían transformarse en "testimoniales" en el futuro inmediato, ya sea porque serán convocados desde el gobierno nacional para hacerse cargo de alguna secretaría o ministerio o, más adelante, cuando quieran volver como intendentes para asegurar la elección de sus posibles reemplazantes.

En el mundo anarco libertario, las relaciones tampoco quedaron muy bien. El minuto a minuto y la necesidad de estar cerca de las áreas decisorias en el cierre de listas provocó que varios descubrieran la centralidad de Karina Milei y la preponderancia que tiene sobre ella la familia Menem, siendo Sebastián Pareja el mejor traductor de esas decisiones en el territorio bonaerense.

La ausencia de representantes de militantes de Las Fuerzas del Cielo no fue accidental. Fue provocada, algunos creen sin sentido, por El Jefe del presidente. Vaya a saber qué habrá descubierto de malo en Santiago Caputo que no hubiera estado presente anteriormente. No obstante, fue en el puñado de seguidores de Agustín Romo en donde más pesó la decisión de borrarlos de todas las listas. Ellos sintieron algo similar a lo que sufrió Moises de parte del Faraón. Siempre las conexiones bíblicas están presentes en las cercanías mileístas.

"Fue una locura... Mirá si no teníamos diez o quince lugares en toda la provincia para darle a los pibes... No son más, te juro", expresó un importante miembro de la histórica banda que acompaña a Pareja desde sus inicios. "Nosotros somos el territorio, la fuerza barrial, hasta de choque... Pero ellos son el espíritu del mileísmo, el cambio cultural y la batalla en las redes. Ellos nos hicieron ganar en la franja que más nos apoya, la de los jóvenes. Hay que volver a integrarlos", reclamó.

Mientras se trata de cumplir con esa expectativa, aparece la otra preocupación. La de los mecanismos conducentes, relacionados siempre con la financiación no solo de la campaña, sino de todo lo vinculado con el día de la votación. En 2023, la primera parte fue cubierta por la picardía de Sergio Massa en su exitoso método para dividir la propuesta opositora. Después fueron los propios candidatos los que consiguieron la plata de la campaña. Ahora, ninguna de estas dos variantes estarán presentes, y pocos dudan que los métodos de los nuevos empoderados y cabezas de lista sean proclives a poner plata de su bolsillo.

"No vamos a necesitar tanta plata, igual de algún lado aparecerá", se entusiasma uno de los tantos organizadores de la campaña. Los medios y las redes siguen estando "asegurados" pero "vamos a tener que trabajar mucho más el tema de los fiscales... No estamos pudiendo captar a los voluntarios como lo hicimos hace dos años", reveló un coordinador de un populoso distrito del Gran Buenos Aires.