

Comparar a América Latina con Europa o Estados Unidos puede sonar incómodo, pero es inevitable. Mientras en esos mercados la comunicación corporativa se ve como eje central de los planes de negocios que se apoyan en investigación rigurosa, análisis de datos, creatividad e integración de equipos multidisciplinarios, en nuestra región aún buscamos consensos para implementar soluciones integrales. El I Encuentro Latinoamericano de Comunicación para Negocios, realizado esta semana en Buenos Aires y organizado por el LATAM Squad de PROI, puso en evidencia esa brecha, pero también la oportunidad única de acortarla y potenciar los negocios al pensar la comunicación como verdadero motor de competitividad regional.

Esta conversación de ida y vuelta entre líderes empresariales, académicos y consultores de los siete mercados más grandes de la región expuso los diagnósticos, las experiencias y los desafíos comunicacionales que hoy atraviesan a América latina. Es un espacio pionero, nacido de la convicción de que la comunicación debe pensarse como eje estratégico para la competitividad, la transformación y la sostenibilidad de los negocios.
La encuesta regional, realizada entre 160 empresas de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú, que presentamos en el marco del Encuentro, muestra que la última preocupación de las empresas de la región es la integración de las comunicaciones y la capacitación de sus equipos. Por su parte, la economía internacional y el contexto geopolítico son las principales preocupaciones de la región (con 31% y 34%, respectivamente). A estos problemas comunes se suman desafíos transversales, como la seguridad digital, que preocupa al 65% de los ejecutivos argentinos, o la cultura organizacional y la retención de talento, señaladas como retos permanentes en toda América Latina.
La comunicación es un activo intangible capaz de generar confianza, atraer inversión, desarrollar una cultura organizacional y sostener a las compañías en contextos de incertidumbre. El Encuentro aportó un matiz crucial: necesitamos una mirada regional, colaborativa y con capacidad de anticipación. En un escenario como el de América Latina, donde las tensiones geopolíticas, la volatilidad económica y las polarizaciones sociales conviven con un enorme potencial de crecimiento, la única respuesta efectiva es la construcción de reputaciones sólidas, consistentes y genuinas.
Una coincidencia de todos los oradores fue que la tríada del éxito para la comunicación actual consiste de investigación, creatividad e integración. Los debates sobre crisis también coincidieron en un punto: centrarse en incrementar el capital reputacional. La reputación funciona como "dinero en el banco" para las empresas u organizaciones: en tiempos de crisis se retira, pero si no se ahorra previamente, el capital se agota. Por eso es indispensable invertir en prevención, en segmentar mensajes por públicos de interés, integrar comunicación interna y externa y asumir que hoy, la comunicación debe ser más política, más estratégica y más auténtica que nunca.
La conclusión del Encuentro es clara: la región tiene talento, recursos y resiliencia, pero solo podrá capitalizarlos si la comunicación se asume como eje estratégico en la mesa de decisiones. En un mercado volátil como el latinoamericano, competir sin comunicar asertivamente, es competir a medias.
















