Un día de rumores y una sola certeza: la caída del PBI superó la baja de 2002

Un estudiante argentino pidió a unos compañeros de la Universidad de Massachusetts en Estados Unidos que definieran con una frase a la Argentina. Los estudiantes, que nunca habían pisado el sur de América, ensayaron frases simples, como para salir del paso. Uno dijo que la Argentina era "el país de las vacas gordas", otro, "el de la abundancia de recursos naturales", un tercero dijo que "la Argentina era simplemente un país complicado". Más allá de las diferentes formas en la que se pueda definir a la Argentina, lo de país complicado es muy difícil de rebatir.

Los problemas sobran y la política hace muy poco para que esos problemas no aumenten. Disputas internas y una oposición muy atenta a los errores hacen un combo difícil y tedioso en el día a día del presidente Alberto Fernández. Pero así es la política, la que le toca a Alberto y la que le tocó a Macri y a Cristina.

La economía, lejos de poner paños fríos, aumenta la tensión. Ayer, el Indec dio a conocer los datos económicos del segundo trimestre: los efectos de la pandemia y la cuarentena están a la vista. El Producto Bruto Interno (PBI) retrocedió 19,1% medido contra el mismo lapso del año pasado.

De esta forma, el primer semestre del año cerró con una caída del PBI del 12,6% y un valor a precios corrientes cercano a los 24 billones de pesos.

Volviendo al segundo trimestre, que fue lo que ayer informó el Indec, no hay ítems que se salven de la debacle. El consumo privado cayó 22,3%, el público 10,1%; la inversión, 38,4%; las importaciones, 30,1% y las exportaciones, 11,7%.

Dentro de los rubros, los que más cayeron fue Hoteles y Restaurantes (de lo más afectado por la cuarenta), 73,4%, la Construcción, 52,1%, Servicios sociales y de salud, 23,5% y Transporte y comunicaciones, 22,5%, entre otros.

El segundo trimestre fue el peor registro histórico de caída de la economía. Y, como bien consignó la agencia Télam, de consolidarse la baja del semestre (12.1%) sería el mayor traspié desde 2002, cuando el PBI registró una merma de 10,9%, tras el derrumbe del régimen de convertibilidad, que durante una década ató el peso al dólar.

Si los datos de la economía pura y dura no alcanzaban para preocuparse, una serie de inoportunos e irresponsables twits y cadenas de whatsapp avisaban desde el anonimato que a partir del lunes los bancos iban a entregar bonos en lugar de dólares.

Lo destacable fue que no sólo desde el Gobierno, sino también desde la oposición, nadie convalidó ni le dio lugar a lo que circulaba por las redes sociales. Tal vez, la Argentina se tiene que conformar con eso porque, como decía el estudiante de Massachusetts, "es un país complicado".

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